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El Enano Rojo

El Enano Rojo es un mítico bar de la calle Elvira de Granada.

Pero El Enano Rojo o Red Dwarf también es una serie de humor británica y, como alguno la ha llamado, la “freakqueen de las series de sci-fi”.


Hará unos dieciocho años que la emitieron, en Canal Sur, y tengo entendido que en otras cadenas también. Me encantaba. Algo tenía que tener la serie porque la recuerdo cada cierto tiempo.

Comenzó en 1988, en el canal BBC2, y duró hasta 1999. Fue escrita por los irreverentes Doug Naylor y Rob Grant (autores de Spiting image, en que arremetían contra la clase política). Son cincuenta y dos episodios, repartidos en ocho temporadas, de treinta minutos cada uno, que se hacen cortísimos.

Esta "sitcom", cutre premeditadamente, se podría definir como un híbrido entre Star Trek y Compañeros de piso. Está realizada con un bajísimo presupuesto y tan sólo cinco actores. Sustituía la típica casa de suburbio londinense por una nave espacial, y es una ácida crítica a la sociedad del tiempo en que se emitió, que ya empieza a estar lejano. En ella se parodian, de paso, todos los tópicos de la ciencia-ficción, desde dimensiones paralelas a paradojas temporales, pasando por alienígenas, mutantes y androides asesinos, hasta planetas con forma de culo y camioneros búlgaros. Todo ello con comentarios irónicos, absurdos, surrealistas, chistes incluso malos y paranoia generalizada. El paso del tiempo ha hecho mella, pero sigue dejándose ver.

Comenzaba con estas palabras:

Holly: (en el espacio) Ésta es una angustiosa llamada de socorro desde la nave minera "Enano Rojo". La tripulación está muerta por una fuga de radiación. Los únicos supervivientes son: Dave Lister, que estaba en animación suspendida durante el desastre, y su gata embarazada, que estaba sellada sin peligro en la bodega. Revivido tres millones de años más tarde, los únicos compañeros de Lister son: Gato, una forma de vida que evolucionó de su gata; Arnold Rimmer, una simulación de holograma de uno de los tripulantes muertos; y Kryten, un androide de servicio rescatado de una nave naufragada. Yo soy Holly, el ordenador de a bordo, con un cociente intelectual de 6.000, el mismo que 12.000 empleados de aparcamiento. FIN DEL MENSAJE.

POSDATA: Mientras pasan los días, nos enfrentamos a la creciente inevitabilidad de que estamos solos en un universo sin Dios, deshabitado, hostil y sin sentido. A pesar de ello hay que reirse, ¿no os parece?

Narra las aventuras postapocalípticas de la tripulación del Enano Rojo mientras intentan volver a la Tierra y recuperar sus vidas anteriores.
Las personalidades extremas de los personajes se confrontan a menudo y ninguno de ellos tiene reparos en aprovecharse de los demás.

La historia es la siguiente:

Dave Lister es el último ser humano vivo. Lister se embarcó en una nave minera (el Enano Rojo) para misiones en Júpiter. Lister compartía habitación con Arnold Rimmer, un maníaco del orden y la limpieza, egocéntrico y obsesivo, justo lo opuesto a Lister.

Por la introducción ilegal a bordo de una gata de Titán, Lister fue condenado a 8 meses en animación suspendida (él siempre lo negó, a pesar de que envió al laboratorio fotográfico de la nave un carrete con fotos de él y la gata). Cuando despertó de la hibernación la nave deambula a la deriva en el espacio: una explosión de radiación eliminó a la tripulación tres millones de años atrás.

El caso es que la nave viaja por el espacio sólo controlada por el superordenador Holly con un IQ 6000 (o lo que es lo mismo, la inteligencia de 3000 fontaneros). Tres millones de años después Holly decidió despertar a Lister porque los efectos de la radioactividad habían desaparecido.

Al despertar Lister descubre el advenimiento de los Felis Sapiens. Estas son las criaturas evolucionadas desde su gata preñada (que sobrevivió a la radiación en las bodegas de la nave) y cuya religión es la adoración de Lister (al que llaman Cloister el estúpido). El único que queda vivo es un minino humanoide al que llama "Gato".

En vista de la soledad de Lister, para mantenerle cuerdo, Holly decide crear un holograma con la memoria y personalidad de la persona que más comunicación tuvo con Lister en la nave: el técnico de segunda clase Arnold Rimmer.


Así, los únicos habitantes de la nave son:

David Lister: Único humano a bordo (quizás de todo el universo). Es un negro de clase baja y orgulloso de serlo, escasamente aficionado al orden y la limpieza. Antes del desastre estaba enamorado de la teniente Kochanski, pero ella no le hacia ni caso. Lister recrimina a Holly que decidiese hacer el holograma de Rimmer y no de ella.
Le encanta comer comida india muy picante y, de paso, pringarse con ella.
Su sueño es montar una granja en Fidji.

Arnold Rimmer: El holograma (de ahí la H de metal pegada en la frente). Superior de Lister, anteriormente dedicado en el Enano Rojo a reponer las máquinas expendedoras, ahora ha resucitado como holograma para hacerle compañía. Holly le eligió de entre toda la tripulación de la nave porque era la persona con quien Lister mantuvo más conversación: 14 millones de palabras, pero 7 millones de ellas eran para mandar a Rimmer a hacer puñetas, y las 7 millones restantes eran de Rimmer apuntándole en el informe por mandarle a hacer puñetas.
Rimmer, que presume de héroe, es maniático, ególatra y depresivo. Se pasa el tiempo entre peleas, insultos y apodos con Lister.

Gato: Humanoide descendiente de la gata de Lister, de sorprendente parecido a James Brown. Todos los demás gatos partieron en busca de la tierra prometida "Fidji" excepto los viejos e inútiles, "su madre la coja y su padre el tonto". Pero él es el único que queda con vida.
Vanidoso, superficial y egocéntrico, se autoproclamó el más apuesto del universo.
Como un buen gato tiene unos colmillos excelentes ("podrían servir a los celtas de centro de culto") y le gusta marcar su territorio con su olor... aunque usa un spray. Es el último miembro de los Felis Sapiens y le gusta vestir elegante (a pesar de que la religión de los gatos obligaba a estar muy sucio para parecerse a Cloister). Se pasa el día comiendo, buscando gatas por la nave y lamiéndose, aunque a veces se entretiene con sus seis tetillas.

Holly (un guiño al famoso HAL 9000): El pesimista ordenador de a bordo, holográfico, último modelo de su generación, con un coeficiente intelectual de 6.000, equivalente a 6.000 monitores de gimnasia, lo controla todo. Pero 3 millones de años no pasan en balde y sufre demencia senil. Eligió su cara de entre todos los amantes más prolíficos de historia: "Casanova".
Es incapaz de encontrar el camino de regreso a la Tierra, pero inventa nuevos estilos musicales, juega al ajedrez (mal) y hace trampas en el resto de juegos contra los demás personajes. (Al principio era una cara de hombre en una pantalla, pero en la tercera temporada pasó a ser una mujer en recuerdo de su visita al universo paralelo y de la computadora femenina de la que se enamoró (Hilly).)

Kryten: Robot mayordomo bastante ingenuo. Es un androide atento y servicial que se unió a la tripulación en la tercera temporada cuando la nave recibe un contacto de otra nave de la Tierra. En la nave piensan que sus problemas acaban cuando aparecen tres mujeres para rescatar, las únicas vivas en años luz, pero cuando llegan el único ocupante viviente es este robot loco que "existe sólo para servir" (aunque sea a tres esqueletos -Kryten no se había percatado, pero le parecía extraño que últimamente no probasen la sopa que les preparaba-).
Rimmer decide usarlo como esclavo pese a que Lister trata de enseñarle lo que es la rebelión poniéndole películas como Rebelde sin causa o Easy Rider.
Se dedicará a amagar la vida de Rimmer. Lister le enseñará a mentir, a pasar del resto y a reírse, pero su programación de mayordomo es informateable. Enamorado de las aspiradoras, cuando tropieza con cualquier máquina que le recuerde a una mujer se vuelve intratable.


No creo que la vayan a volver a emitir, porque no, pero algunos capítulos se pueden descargar del emule o con un programa tipo torrent en esta dirección .

En este corte se cuenta el principio de la historia, es bueno -y se entiende bien, aunque no se sepa mucho inglés-::

Familias normales

o Las mejores familias en las que todo pasa, que curiosamente siempre acaba siendo la nuestra.

Hace poco una amiga me hablaba de un noviete suyo, que no le terminaba de convencer porque su familia no era “muy normal”. Yo le pregunté qué familia era normal.
A las familias les podría aplicar ese dicho de que “todo el mundo es normal hasta que lo conoces”. Las familias aparentemente normales lo son hasta que las conoces en profundidad.

 


 

 

El mito de la familia feliz, ideal, que algunos nos creemos que son todas las demás menos la nuestra, es eso, un mito. Familias que, con muchos matices, puedan entrar en esa definición, son en esta sociedad las menos, y eso siendo generosos. ¿A cuántas conocéis? Tanto de las tradicionales como de las que no lo son tanto.
Yo a muy poquitas, por no decir ninguna. Alguna habrá, aunque ahora no se me ocurra. Y dentro de las aparentemente felices, ¿cuál conocemos lo suficientemente cerca como para poder afirmarlo con rotundidad?

Lleva bastante tiempo haciéndome gracia (bueno, gracia, me revienta el estómago, pero es por decir algo) cuando el Foro de la Familia, la Concapa y los de esa ralea, hablan de esa familia tan suya. No sólo porque se olviden de las demás familias, que en el fondo, en estos tiempos, son la mayoría, sino porque esas familias a las que se refieren, esa familia tradicional católica española, es lo más podrido que pueda existir. No entiendo cómo se pueden seguir aferrando a un modelo claramente incompatible con la sociedad occidental actual (que tiene fallos gigantescos, pero sobre la que no podemos poner en duda que supone un gran avance en libertades individuales sobre modelos anteriores).

La familia, esa familia de la que provenimos la gran mayoría de los españoles, es un asco (no quiere eso decir que las de los demás países no lo sean, simplemente no conozco esos otros modelos en profundidad, y las relaciones que entre sus miembros era habitual que se establecieran).
Además del legado heteropatriarcal común a todo nuestro entorno, gran culpa de ello, como toque local, por nuestra simpática historia reciente, la tiene el famoso “qué dirán” implantado hasta la médula en este país, detalles como que aquí no había divorcio, la anulación del diferente, la falta de libertad de expresión o la maldita carga de culpa que imprime la religión católica.

Me atrevo a afirmar que la familia tradicional española es disfuncional por antonomasia, porque disfuncionales no son sólo las familias en las que hay violencia física o verbal, abusos, drogas o prostitución.

Según el psicólogo John Bradshaw, las reglas de una familia disfuncional son:

  • Control. Se enseña a sus miembros a controlar los sentimientos y el comportamiento en todo momento. Este es el mecanismo de defensa más importante.
  • Perfeccionismo. Son familias cuyos miembros viven pendientes de la imagen. Se tiene que hacer todo “bien”. El miedo de no cumplir lo que se espera de nosotr@s es la motivación principal.
  • Culpabilizar. Cuando las cosas no salen como se planean, nos culpamos o culpamos a los otros. Esto mantiene el equilibrio de la familia disfuncional cuando no sirve el control.
  • No se puede hablar. Esta regla prohíbe la libre expresión de cualquier sentimiento, necesidad o deseo. Nadie habla de su soledad ni de sus problemas.
  • No se puede cometer errores. Éstos implican vulnerabilidad, y eso no se permite: hay que encubrir toda falta a como dé lugar, para no ser objeto de crítica.
  • No se puede confiar. No debemos esperar nada de las relaciones con los demás. Las personas no son confiables. Ni los padres ni los hijos tienen satisfechas sus propias necesidades. El círculo de desconfianza se perpetúa.


Echemos la vista atrás, hacia nuestra propia familia, o si la nuestra fuera muy peculiar o directamente “feliz” (con una historia tan blanca como los anuncios de detergente -enhorabuena en ese caso-), hacia cualquier otra cercana,
¿Cuántas familias no cubren, en algún sentido, alguno o todos los puntos expuestos?

En muchos casos, los individuos crecidos en este ambiente tendrán problemas en su vida futura, entre ellos, dificultades tanto con sus parejas como a la hora de educar a sus hijos. Es decir, del lastre no nos libramos en una generación así como así.

(Más sobre la familia)

Podría escribir sobre este tema largo y tendido, hay muchos puntos que tocar:

  • Aspectos tradicionales: la figura del “Elegido”: un hijo, hermano, familiar que se queda solter@ para cuidar a los padres ya mayores.
  • Familias en que la mitad de sus miembros no se hablan con la otra mitad, o directamente ninguno con ninguno… familias felices, cuanto más católicas más falsas, perdón, quería decir felices.
  • Sobre tópico y verdad: ¿quién es tu verdadera familia, los lazos de sangre o los que están contigo todos los días?
  • De cómo la familia ha pasado a ser nuclear (algo que sinceramente no me parece nada positivo, pero como está estructurada la sociedad actual no hay nada que hacer sobre ello).
Largo y tendido.

Aunque en todos lados deben de cocer habas:



 

Medusas y transportes

Medusas y transportes

Namibia

Japón

Para combatir la plaga de medusas en el Mediterráneo, el Ministerio de Medio Ambiente activará un plan para gestionar la información sobre la presencia de cnidarios y coordinar las acciones dirigidas a evitar su presencia en las playas. La idea de seguir las medusas con barquitos de recreo me recuerda tremendamente a la expresión “ponerle puertas al campo”.

Mucho plan, mucho plan, pero no nos estamos preocupando tanto por atajar el problema en su origen, aparte del de la sobrepesca y el exceso de fertilizantes, el del calentamiento de las aguas provocado sobre todo por las emisiones de CO2.

Apunte sobre ecología:
El vuelo Gibraltar-Madrid cuesta 56 euros, se tarda una hora y diez minutos en llegar, ponle tres entre unas cosas y otras.
El trayecto en tren* Algeciras-Madrid cuesta 59 euros, se tardan cinco horas y treinta minutos en llegar, casi seis horas y pico.
El trayecto en coche sale por unos 50 euros por automóvil y se tardan unas seis horas y media.

*El tren es el modo de transporte con menor impacto negativo sobre el entorno, generando 5 veces menos costes externos que el transporte por carretera de mercancías, 3 veces menos que el transporte de viajeros por carretera y 2 veces menos que la aviación civil.
Sacad las conclusiones vosotros mismos.

Otra:

Si yo ahora tuviera que comprarme un coche, compraría un Toyota Prius, ya que dentro de los híbridos es el que me parece mejor (además de reducir el consumo y la contaminación atmosférica al tener las emisiones más limpias del mercado, probablemente es el que tiene más prestaciones). ¿Problema? Una conocida mía ha decidido comprárselo: aparte de costar más de 1/3 parte más de lo que debería por sus características, ¡tardan más de un año en traértelo! La lista de espera en el concesionario hace palidecer a las de los hospitales madrileños.

Conclusiones, vosotros mismos. 

Por cierto, excepción hay que hacer a La Consejería de Innovación, Ciencia y Empresa de la Junta de Andalucía, a través de la Agencia Andaluza de la Energía, ofrece un incentivo de hasta 3.000 euros a todos los residentes de Andalucía que adquieran el Toyota Prius. Que yo sepa es la única CCAA que ofrece esta ayuda. No obstante, está lejana de la que se ofrece en Holanda, donde llega a alcanzar los 6.000 euros.

Mientras, en los medios de comunicación, lo normal es ver informaciones como éstas:

* Alfa Romeo Brera: Probamos el único coupé 2+2 plazas con motor diesel

* Peugeot 308: Llegará en otoño, será más grande y con motor BMW

* Lexus LS 460: Lujosísimo, titánico... y con ¡ocho velocidades!

 

Conexión maldita

Aprovechando que ha venido un amigo a visitarme este fin de semana, he decidido bajarme al sur en coche con él.
Como yo suelo hacer las cosas, siguiendo mi línea, he planificado de pm el viaje, pero ejecutado fatalmente mal. Empecé ya descuadrando el sábado por la noche, cuando me dormí bastante más tarde de lo previsto. Con gran falta de sueño, el día transcurrió como si nada pasara: tranquilamente quedamos con gente, comemos, con mis cañitas, vamos a otro sitio, un café relajado, a la velocidad del rayo hago la maleta, relajadamente departimos con mis compañeros de piso y salimos a las siete y pico de la tarde.

Mi madre no espera ni a que llegue para echarme la bronca. Lo hace por teléfono, por salir tan tarde y conducir de noche. Decido aplicar la técnica “me resbala”.

El objetivo principal del viaje es dejar mi coche en el garaje de mi madre (sí, me he rendido, es insufrible el estrés al que me somete en Madrid, además del gasto económico), unos papeleos y recuperar unos documentos de entre el montón de papeles arrebujados que guardé después de la mudanza.

El viaje se me hace ligero para lo que cabía esperar. Mi amigo se ofrece a conducir, pero me niego. Echaré de menos mi coche.

Llego a casa de mi madre, relativamente temprano para lo pensado, a la una y media, esperando comité de bienvenida, confeti y banda de música, por lo menos. Decido no dar en el timbre, usar mis llaves y darles una sorpresa. “¡¡¡Hoooola!!!” Silencio. La única iluminación viene de una lamparita del pasillo. Veo un ordenador encendido, debe haber una persona cerca. “Hooola”. El ordenador se había quedado pillado en “error en Explorer…” antes de apagarse y le doy a “finalizar programa”. Me dirijo a la cocina. “¿Hola?” Nadie.
¿Mamááá?”.
Voy al dormitorio, se levanta mi madre, me da un beso, me dice que si tengo hambre hay ensalada en la nevera y se vuelve a la cama.

Vaya.

Me como la ensalada, porque desde la comida del mediodía no me he echado nada al cuerpo.

Quiero hablar con alguien.
Debería estar cansadísima y tener un sueño demoledor, pero no.
Quiero hablar con alguien, algo de animación. No están ni los gatos.

¿Qué pasa aquí, por qué no tengo sueño? De pronto, caigo en la cuenta: además del café de la sobremesa me he tomado dos redbulls por el camino.
Yo no sabía lo que era un redbull hasta hace tres meses. Detestaba su sabor, pero, ajá, existe el “light”, que no está tan malo (el sabor a medicina está levemente atenuado) y con un poquito de esfuerzo se puede tomar. Bonita cosa he descubierto, con lo mal que sé que me sientan los excitantes.

Decido retirarme a mi habitación, en la planta de arriba. Subo la maleta y según la deshago, me doy cuenta de la gran cagada: me he dejado en Madrid las llaves del baúl de los papeles. Bieeen.

No hay dolor. Mañana pensaremos la solución.
A falta de personas reales, me decido por las virtuales y me dispongo a encender el ordenador.
A ver… “Preferencias del sistema”, “Red”, “casa madre” (ya lo había configurado en una ocasión anterior, hace unos tres meses, cuando se instaló el wifi en esta casa, y el ordenador lo recuerda). Perfecto. Esperamos un segundo, unos segundos…, un minuto… Empiezo a mirar a mi alrededor, desconcertada, como si la respuesta me fuera a venir del exterior. Bueno, igual no lo he hecho bien. Empiezo a toquichear opciones. Nada. Reinicio el ordenador, no sé por qué, pero lo hago. De pronto aparecen unas letritas “Jazztel Wireless”. JA. Ya está.
Leo el post de Omanero y pienso: “qué gracia, justo estaba yo con la conexión, pero ya está arreglado, mira tú, es verdad que los macs son fáciles”. En ese momento, salta el Messenger del Dock, señal de que se ha caído. Miro el AirPort y ¡su p... madre!, otra vez en blanco. (El AirPort en los mac, para el que no lo sepa, es como un medidor de cobertura del wifi, con cuatro rayitas que se ven rellenas o no dependiendo de la calidad de la señal). Aquí me desquicio. ¡Ahora no he tocado nada, no puede desaparecer así como así! Es imposible que sea por culpa de nada que se haya hecho a través del otro ordenador porque son las mil de la noche y está apagado, que lo he apagado yo con mis manitas. ¿Qué pasa aquí? Espero, quizá sea algo momentáneo, espero, espero, me leo las páginas que tenía abiertas, para hacer tiempo, espero, y no.

Houston, tenemos un problema.
Es ese momento intento tranquilizarme a mí misma porque me doy cuenta de que es una combinación fatal la desesperación por arreglar una conexión con la ingesta masiva de redbull.

A ver, tranquilidad. Volveré a repetir los pasos que di anteriormente, me digo. Acabo apagando y encendiendo el ordenador tres veces. Rendida ante la evidencia, decido bajar y comprobar que los cables del router están bien ajustados. Los aprieto, uno por uno, y subo. Nada. No puede ser que no funcione, porque hace un momento ha funcionado, y era la de esta casa, no la de nadie más. Me desespero y empiezo a considerar que quizá sea un problema demasiado complejo y que debería resolverlo al día siguiente.
Pienso que me conformaré sólo con leer un correo que me había quedado por abrir, aunque tenga que conectar el ordenador por cable. Decido bajar, con calcetines y el mac en las manos, por las escaleras, trampa mortal donde las haya, porque los escalones tienen una banda de madera que si las pisas ríete tú del patinaje sobre hielo. Jugándome la vida, y sobre todo la de mi mac, llego abajo sana y salva. Después de una fiesta de apaga luces-enciende luces, ésta no es-la otra tampoco, localizo el teatro de operaciones. Busco un cable, busco un cable, busco a jacks. No hay cable. ¡¿Cómo no puede haber cable?! Cuando me empiezo a hundir sin remedio, miro el AirPort, y ¡está bien!. Ya hay Internet. Sin caber en mi de gozo, vuelvo a iniciar la ascensión, mucho menos peligrosa que el descenso pero no por ello exenta de riesgo.

Me voy, toda feliz a mi cama, y… “Servidor no encontrado”. Me cambia el gesto de la cara, aunque ya intuyo cuál es el problema y no lo quiero creer. Me acerco a la puerta: no. Me acerco a la escaleras: ¡sí!. Voy reculando hasta la puerta. Aguanta, aguanta, va bien. No. ¿Cómo? Sí, vuelve, vuelve, falsa alarma. Acabo dando vueltas por toda la habitación, como el que va midiendo radiactividad. Tras numerosos movimientos prueba-error, llego a la conclusión de que en la zona del cabecero de la cama no hay cobertura, pero sí en la zona de los pies, aunque débil, sólo de dos líneas.
Identificado el problema, decido ponerle solución: coloco la almohada en la zona de los pies, a modo de mesa para el ordenador. Cuando me dispongo a entrar en faena, la red se cae, otra vez. Al borde de la desesperación, lo elevo con los brazos, como clamando al cielo, y oh sorpresa, vuelve, con sus cuatro rayitas completas. Lo miro con escepticismo, lo bajo, vuelve a dos rayas, tres, lo subo, dos, lo bajo, una, tres, lo desplazo hacia una esquina, parece que se estabiliza en dos. Mentira, que cuando más convencida estaba, se vuelve a caer. Se ha vuelto loco, definitivamente se ha vuelto loco, y me va a volver loca a mí también.
Me niego a aceptar la evidencia de que probablemente, mi habitación, mi cama, sea el único lugar de la casa donde no llega el Wifi. No puede ser. Me niego.

Me voy a la cocina, no sé si por obtener calidad de la conexión o porque tengo más hambre. De golpe me levanto y me lanzo sobre la nevera. Era hambre. Maldición, es verdad que la dieta ha llegado a esta casa. Gazpacho, vitalíneas, frutas y verduras. No me gusta la fruta tan fría si no es pleno verano. Hay cerveza, será por si llegan invitados. La miro con ojos de deseo, pero no, no puede ser. Desisto: ¡a la despensa!. ¡¿Nada?! Un paquete de galletas dietéticas… vacío.
Me dirijo hacia el lugar secreto donde mi madre esconde el chocolate, y sólo yo sé, que es detrás del aceite, sal y botes varios (bueno, ni ella ni nadie que la conozca lee este blog, no creo que sea tan grave descubrir su sitio). Nada.
La única solución se convierte en cocinar. Pasando, puedo superarlo.
¿Quééé quieeeeeres?”, se oye desde un espacio indefinido. Glups. “Naaaada”, respondo. Decido coger mi mac y cual camarera torpe volver a mi habitación. Al final, durante la retirada, descubro un plátano. Bueno es, visto el panorama.
Tras mi incursión en la cocina una idea acude a mi mente: alargar el router lo más posible. Durante la operación tiro una papelera y una lámpara de mesa, para al final conseguir alargarlo… un metro. Vuelvo esperanzada de que ese metro sea el mismo que separa los pies de la cama del cabecero. Voy, dispuesta y convencida, me siento en la cama, orgullosa de mi ingenio a altas horas de la noche, y… no, la conexión se vuelve a perder. En los pies de la cama seguimos igual.

Me recupero del disgusto como puedo.
Pienso, pienso, nada.
Mientras pienso, me voy de paseo por el pasillo con el mac bajo el brazo. Es evidente que en la escalera va, en el pasillo también. Abro puerta, cierro puerta. Le afecta.

Conclusión final: Se mantiene (dos o tres rayas de media) si dejo la puerta abierta y me siento en los pies de la cama, aunque con alguna caída esporádica. (Tanto rato para esto).
Conclusión 2: con la puerta entreabierta tan solo 5 cm. también vale.
Nota positiva: cuando va, va rápido.
Conclusión 3: se soluciona comprando un cable telefónico más largo, evidentemente.
Conclusión 4 y más importante de todas: no vuelvo a tomar redbull.

(Y eso que no es he contado la primera vez que me tomé un redbull entero: en esa ocasión me dio por quemar un palé de obra en una chimenea, poco a poco -porque no entraba completo y no se podía partir-, cuidando de que el fuego no pasara al resto de la casa; tres horas tardé).

El redbull ha despertado el monstruo obsesivo que había en mí.

Total, al final para nada, porque cuando por fin he conseguido identificar y solucionar el problema, ya no tenía ganar de navegar, ni de bloguear ni ná de ná.

Ahora, sigo sin poder dormir.

Asco de flamenquito fusión

Estoy de flamenquito fusión más que harta. No estoy diciendo que la fusión sea mala (todo lo contrario), mucho menos soy purista del flamenco, ni siquiera me interesa tanto, pero hay muchas opciones y maneras de hacer las cosas (honrosa excepción es Chambao, pero es otro rollo distinto al que me refiero). No entiendo por qué no se siguió este camino que Enrique Morente (visionario) abrió hace ya una década y tenemos que seguir tragándonos baladitas pencas de chavales chandaleros. El disco "Omega", con versiones sobre poemas de Lorca y Cohen, debiera haber supuesto un antes y un después, pero se quedó en hecho aislado, aunque hito al fin y al cabo.

 

Aquí os dejo este producto granaíno :) :

voz: Enrique Morente

música: Lagartija Nick

letra: Federico García Lorca

 

 

CIUDAD SIN SUEÑO
..
(Nocturno del Brooklyng Bridge)
..
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Las criaturas de la luna huelen y rondan sus cabañas.
Vendrán las iguanas vivas a morder a los hombres que no sueñan
y el que huye con el corazón roto encontrará por las esquinas
al increíble cocodrilo quieto bajo la tierna protesta de los astros.
..
No duerme nadie por el mundo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Hay un muerto en el cementerio más lejano
que se queja tres años
porque tiene un paisaje seco en la rodilla;
y el niño que enterraron esta mañana lloraba tanto
que hubo necesidad de llamar a los perros para que callase.
..
No es sueño la vida. ¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
Nos caemos por las escaleras para comer la tierra húmeda
o subimos al filo de la nieve con el coro de las dalias muertas.
Pero no hay olvido, ni sueño
carne viva. Los besos atan las bocas
en una maraña de venas recientes
y al que le duele su dolor le dolerá sin descanso
y al que teme la muerte la llevará sobre sus hombros.
..
Un día
los caballos vivirán en las tabernas
y las hormigas furiosas
atacarán los cielos amarillos que se refugian en los ojos de las vacas.
..
Otro día
veremos la resurrección de las mariposas disecadas
y aún andando por un paisaje de esponjas grises y barcos mudos
veremos brillar nuestro anillo y manar rosas de nuestra lengua.
¡Alerta! ¡Alerta! ¡Alerta!
A los que guardan todavía huellas de zarpa y aguacero
A aquel muchacho que llora porque no sabe la invención del puente
o a aquel muerto que ya no tiene más que la cabeza y un zapato,
hay que llevarlos al muro donde iguanas y sierpes esperan,
donde espera la dentadura del oso,
donde espera la ¡mano momificada del niño
y, la piel del camello se eriza con un violento escalofrío azul.
..
No duerme nadie por el cielo. Nadie, nadie.
No duerme nadie.
Pero si alguien cierra los ojos,
¡azotadlo, hijos míos, azotadlo!
..
Haya un panorama de ojos abiertos
y amargas llagas encendidas.
No duerme nadie por el mundo. Nadie nadie.
Ya lo he dicho.
No duerme nadie.
Pero si alguien tiene por la noche exceso de musgo en las sienes,
abrid los escotillones para que vea bajo la luna
las copas falsas, el veneno y la calavera de los teatros.

Ya sé que estoy pesadita con los youtubes, el último, de verdad, pero como el puto Odeo me da error cada dos por tres, dejo la canción ésta desde el youtube y no desde Odeo:

 

 
 
Hace poco Enrique Morente ha "fusionado" también con el músico sufí Omar Faruk Tekbilek (fantástico, uno de mis favoritos). Del disco se pueden escuchar unas muestras aquí. (Ole Aman).
 
 

No actualidad

A veces, cuando veo una noticia interesante en el periódico y no tengo tiempo para leerla, arranco la página y la guardo, en el bolso, en una carpeta o junto al montón de papeles de mi escritorio, con intención de leerla más adelante.

Así he llegado a leer artículos con años de retraso, como algunos de antropología. Si me gustan mucho los sigo guardando, hasta que tiempo después lo considero una tontería y los tiro.

Hoy, aprovechando que en un inteligente giro que le he dado a la mañana me he escaqueado de obligaciones varias, me he encontrado con un rato libre.

En esta ocasión no me voy muy atrás en el tiempo, sólo veinte días atrás.


8 de mayo del 2007, El País: Bruselas plantea que el proyecto Galileo esté bajo control público, las empresas privadas no son capaces de ponerse de acuerdo. Pues me parece bien, aunque nos cueste más dinero a todos. Me interesa mucho el proyecto Galileo. Hace unos años le hice un trabajo a mi hermana sobre él para la universidad (sí soy un poco gilipollas –decía que no le daba tiempo, mentira- además de muy dada a estudiar cualquier cosa que no fuera de lo mío) y desde entonces le vengo siguiendo la pista (eterna, parece maldito, no se acaba nunca). Creo que es algo necesario, un proyecto civil europeo de localización por satélite, más preciso, para contrarrestar el GPS, militar norteamericano.


Pasamos a otra noticia, del mismo día, en el mismo periódico:
Apedreada hasta la muerte ”. Una adolescente de la secta yazidí, lapidada en Irak por querer casarse con un musulmán.
Ya recuerdo por qué me llamó la atención, aparte del hecho en sí mismo (qué barbaridad): ¿por casarse con un musulmán? ¿en Irak?, ¿quiénes eran ésos de la secta yazidí? Leí por encima que adoradores del Diablo. Qué extravagancia.
Por lo visto, la escena fue grabada y se puede ver en Internet. Vosotros mismos, no pienso poner el enlace.

Ahora, con calma, googleo un poquito.
Qué interesante.


Melek Taus


Resulta que no son tan adoradores del diablo como se dice (y como explica El País). Copio de la definición de la Wikipedia :
Según la Enciclopedia de Oriente, "la razón de la reputación de los yazidíes de ser "adoradores del diablo", se debe a otro nombre de Melek Taus, Shaytan, el mismo nombre que el Corán da a Satanás." Sin embargo, según el lingüista kurdo Jamal Nebez[cita requerida], la palabra Taus se deriva del griego y está relacionada con las palabras Theos, Zeus, Deus y, de acuerdo con tal interpretación, Melek Taus es un ángel de Dios: no es una fuente del mal, sino que lo consideran líder de los arcángeles, y no un ángel caído. También dicen que la fuente del mal está en el corazón y el espíritu de los seres humanos.” Eso último me parece bastante razonable. El resto, sin dejar de ser interesante, es la típica historia de cualquier religión, con su añadido de sociedad jerárquica, de castas en este caso, y machista (a las mujeres yazidíes les está vetado el aprender a leer y a escribir y las que lo hacen son tachadas de “corruptas y apostatas”). Lo típico de mantengamos el poder. Tiene una particularidad : uno no puede convertirse, sólo se puede ser yazidi por nacimiento; extraño, pues la mayoría de las religiones tienden a la expansión. Ah, creen en la reencarnación.

Leyendo, leyendo, te das cuenta de que El País se ha quedado con la anécdota, que no deja de ser interesante, pero sí da una información incompleta:
"La confesión de los yazidís (unos 300.000 fieles) venera a Satán, al que consideran el verdadero dominador del universo. Por eso son también conocidos como los Adoradores del Diablo. Los fieles pueden comer cerdo y beber alcohol, pero de ninguna forma pueden comer lechuga. Su religión -una mezcla de islam, judaísmo y cristianismo- tiene muchas reglas: los varones no deben arrancarse ni un solo pelo, ni lavarse, ni siquiera la cara, y las mujeres tienen que ir siempre de blanco, y no pueden aprender a leer ni a escribir. El azul es un color prohibido."
Refieriéndose a otra noticia (“Asesinan a 23 miembros de la minoría yazidi en el norte de Irak ”, el 22-4-2007”, - según este artículo, se especula con la posibilidad de que la matanza fuera respuesta al asesinato de la joven, aunque no me cuadran las fechas-), el ABC lo describe así: “Los yazidi son una pequeña comunidad que vive sobre todo en los alrededores de la ciudad de Mosul, en el norte de Irak. Son mayoritariamente kurdos que adoran al ángel Melek Taus, que algunos musulmanes y cristianos consideran el Demonio.” Cambia mucho este matiz.

Este artículo es interesante. En él se señala que, según la Asociación Yazidi por la Paz, 204 Yazidis han sido asesinados desde la invasión de Irak.

Total, que en Irak eran pocos y parió la abuela.

 

Al hilo del título de este post (“No actualidad”), ¿cuántas veces hemos oído “XX muertos en atentado en Irak?”. Ya ni hago la gracia de “uy, qué paz iba a traer Bush, pues menos mal”, que yo solía. Por curiosidad busco el último: ayer , 18 muertos. No, hoy , 32 muertos, 5 secuestrados. 112 soldados de EEUU muertos en mayo.


De las noticias de hoy, en general, ésta , así, para levantar el ánimo.

Constatación

He intentado pasar por estas elecciones de puntillas. Desde que salió la primera encuesta y daban por vencedores a los de siempre, he hablado lo imprescindible del tema, sólo cuando las relaciones sociales (y aquí incluyo los blogs) me obligaban a ello. No he sacado el tema nunca. No puse la televisión los días clave. Afortunadamente a esta casa ha llegado la Wii en el mejor momento y nos hemos evadido completamente de cualquier noticia. Sólo existen Zelda, el mundo de las sombras, los corazones y las rupias.
Pero sé que el mundo exterior, el real, no desaparece.
Me gustaría ser de ésos a los que la política les da igual, pero no lo soy. Me gustaría no ser consciente de lo que suponen estas elecciones, no saber y no intuir. No ver el futuro más allá.

Me acabo de echar al chocolate (el de comer).

1965

(post para ver/escuchar tranquilamente, con tiempo, y si te interesa mucho)

De clásicos va hoy.

1965 NME Pollwinners Concert

 


Esta serie de actuaciones, conocidas como “The Poll Winners' Concerts”, se celebraron en el Estadio de Wembley de Londres, el 11 de abril de 1965, organizadas por la revista semanal “The New Musical Express”.
Tocaron, entre otros: Donovan, The Kinks,
(los links no son información general, son a esa actuación en concreto, pero no quería cargar la página de youtubes)
(Se oyen todos peor que regular, pero hay que tener en cuenta los medios de la época. Hoy, por ejemplo, no se permitiría que ningún grupo de tres al cuarto tuviera esos problemas de sonido al salir al escenario, y aquí no se libra ninguno).

The Moody Blues ,

The Beatles ,

The Rolling Stones ,

(Yo siempre fui más de los Rollings, la verdad).

The Animals ,

(qué buenos, por favor, ¿y esto? )

Them y Van Morrison

( primera grabación de un concierto suyo) , (el final es mejor)
(¿pensáis que el presentador va bajo el efecto de “sustancias” o es que yo soy cerrada de mente y malpensada?)

Si yo, ahora, con mi gusto musical, tuviera que elegir un grupo, no lo dudaría, Them y Van Morrison, (a pesar de la pandereta), son los más cañeros, espontáneos y probablemente modernos, a pesar de los aparentes berridos de Van Morrison, que aquí se acentúan por los defectos del sonido, pero que también son incuestionablemente su sello personal.

Ya sé, ya sé, que The Animals y Them son otro estilo (más influencia del sur de EEUU, hasta de la tradicional irlandesa en el caso de Them)… y las comparaciones son odiosas, pero nótese el pavazo del llamado por muchos mejor conjunto de música pop de todos los tiempos. Algunos se llevan la fama. (Y conste que me gustan canciones de los Beatles, y algunas hasta mucho).


Them :
Actuación en la televisión francesa en 1965 , es MUY BUENA, hacedme caso
(merece la pena aunque sólo sea por curiosidad sociológica y ver las caras del público)

Baby Please Don't Go (1966)
¡qué bien suena eso!

(En éstas me vio mi compañero de piso y me dijo: "Uy, qué actual").

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Aparte, de Van Morrison, mi disco preferido de él, aunque me cueste mucho elegir uno, es “The Healing Game”, 1997:
Y dentro de él, estas tres canciones (links al Youtube):
Brian Kennedy, divino.
¿Y Pee Wee Ellis?
Georgie Fame, palabras mayores.
Y el guitarrista, que nunca me acuerdo de cómo se llama, también.

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Vale, sí, se me ha ido la pinza, me he desvelado y llevo toda la noche viendo vídeos. Pero me lo he pasado estupendamente yo sola ;)

Mi oscuro pasado

Viendo este anuncio en la tele

me he acordado de una anécdota, blanca e inocente, que pasó hace unos años, unos poquitos.
Ya le he contado antes, y es muy tonta, pero me repito, porque fue un momento que se me quedó clavado.

Era mi primer año de carrera y yo estaba en la residencia de monjas (sí, yo también tengo un oscuro pasado). La residencia acogía a unas doscientas chicas, estudiantes todas. Estaba repartida en cuatro plantas, de las cuales la segunda, la mía, era la más amplia con diferencia, y en ella dormían unas cien chicas.
Entre semana la residencia cerraba a las diez y media de la noche. Cuando llegaba esa hora, después de cenar, estudiabas, hacías reunión en la habitación de alguna o te ibas a la salita de televisión, una por planta, pero la solían tener monopolizada las habituales, marujas precoces en bata y zapatillas de andar por casa, enganchadas a culebrones y sitcoms varias. (Yo, a veces, iba con mi compañera de habitación, a las tantas de la madrugada, y veíamos películas raras o el baloncesto NBA, ése solía ser todo mi contacto con la salita).
Resumiendo, en la salita de planta solía haber, habitualmente, unas tres o cinco chicas, diez como mucho si emitían algo excepcional. Las monjas se pasaban por la salita de vez en cuando, una o dos veces por noche, a saludar y supongo que a controlar, se quedaban un minuto o así, comentaban y se iban, pero la puerta debía permanecer siempre abierta.
Una noche, oh, iban a poner “Nueve semanas y media”. Conmoción general.
Se corrió la voz y a la hora en que comenzaba el acontecimiento se encontraba allí toda la planta, sin exagerar. La gente se tuvo que traer hasta sillas extra de las habitaciones. Era obvio que aquello “cantaba” y que antes o después las monjas se darían cuenta. No me digáis qué tiene de malo ver esa película (que por otra parte ni siquiera me gusta mucho); nada, no tiene nada de malo, pero hay que retrotraerse al momento y al lugar, y encontrarte con la incomodidad de que la monja te descubriera viendo “eso”.
Total, decidimos que se pondría una de guardia en la puerta, que se iría turnando cada cinco minutos, para avisar si venía la monja, y si venía cambiar convenientemente de cadena. Me acuerdo perfectamente, Miquela, una italiana alocada y simpática, era la encargada del mando.
La película empezó y se desarrolló entre risas y chanzas generales, mientras las guardias se sucedían con total normalidad. Esa noche las monjas no aparecían y nos extrañaba.
- La estarán viendo ellas también. Risa generalizada.
No aparecían, no aparecían, y llegó la escena famosa de la fresita, la nata y tal y cual. La que le tocaba estar de guardia, entre la escena y que ya casi dábamos por hecho que las monjas no iban a venir, obviamente se relajó, porque dio la alerta de manera muy apresurada:
- “¡Que viene, que viene!
- “¡Que está aquííí!
Miquela se pegó un susto de muerte, se puso tan nerviosa que el mando le saltó de las manos, con la fortuna de que volvió a parar a ellas.
Yo podía ver a través del marco de la puerta que la monja prácticamente se encontraba en la sala. Entre dientes, le decía a Miquela:
- “Cambia, cambia
- "No puedo, no puedo”, me respondía angustiada.
El mando estaba protegido por un plástico transparente gordo, para evitar su deterioro, y los botones estaban tan usados que no respondían inmediatamente.
Silencio, nervios y expectación, mientras Miquela presionaba una vez más los botones de manera aleatoria.
En el último momento, cuando la monja se encontraba tan sólo a un metro de la puerta, consiguió cambiar de cadena. Hubo un suspiro de alivio generalizado en la sala y, en fracciones de segundos, las caras de tensión se convirtieron en cien sonrisas falsas.
- Uy, cuánta gente hoy, no?
- Sííí, todas al unísono
- Estáis todas aquí… Risitas pavas
- ¿Qué estáis viendo?, preguntó la monja, nunca sabré si inocentemente o no.
En ese momento, volvimos nuestras caras hacia la pantalla del televisor, y nos descubrimos ante… un concierto de Richard Clayderman. Miquela había puesto la 2, mis ojos como platos.

A punto de darme la risa floja, fui la que tuvo el valor de hablar:
- Nada, aquí, viendo un concierto de Richard Clayderman
Por favor, ¿que hacían cien tías reunidas a las tantas de la noche viendo eso, todas concentradas? (Con todos mis respetos hacia Richard Clayderman, cuya valía profesional desconozco). No se lo creía nadie.
- No sabía que os gustara
- Pues sííí, dije, ya con un hilillo de voz, mientras me esforzaba con todas mis ganas por mantener la amplia sonrisa falsa y angelical.
La monja me miró con desconfianza (a esas alturas me tenía calada), pero como no supo qué más decir, dio las buenas noches y se largó.

Si la monja se hubiera quedado un segundo más no nos podríamos haber controlado. La imagen siguiente es la de cien tías revolcándose por el suelo de la risa.

Y entiendo el anuncio, porque Richard Clayderman, con ese peinado y esos trajes blancos, se presta a lo surrealista como nadie.

Alergia

 


 

Hacía tiempo que no encontraba un tema mayor para socializar que hablar de la alergia estos días en Madrid. El polen está pegando, es cierto, y la alergia se ha convertido en un tema recurrente con el que no hay reparos a la hora de hablar con desconocidos.

Soy alérgica, a los ácaros durante todo el año (entre otras cosas), y al polen cuando toca, y nunca me había sentido tan acompañada.

Vas por la calle y nos reconocemos los unos a los otros. En las tiendas, los bares, cuando te presentan a alguien, y descubres ese moqueo, rojez de ojos, incomodidad, ahí está, es de los tuyos.

Da igual, amigos, conocidos y desconocidos, con todos se puede mantener la misma conversación, y si en el grupo coinciden más de dos afectados aquello se convierte en un jolgorio.

Si no empieza uno (he dejado de hacerlo, a la vigésima conversación repetida cansa, todo tiene un límite), empieza el otro:

(Estornudo o síntoma similar)
- Alergia, ¿eh?
(No te ha dado tiempo a responder, otro estornudo o síntoma similar)
- A mí también me pasa, a mí me da…
Y aquí están las modalidades:
- Picor en la garganta / picor de ojos / lagrimeo…
- Pues a mí se me tapona la nariz…
- Sí, mira, qué mal estás
- A mí urticaria
( y la persona se rasca sin remilgos para que compruebes que es cierto y sentirse parte del selecto club)
- Uf, yo estoy fatal
- Yo llevo todo el día, ahora estoy un poquillo mejor
- Uy, pues lo mío es peor, tengo una tos...
- No sé yo qué es peor, a mí me da asma

(Y claro lo de cada uno es lo peor, -pero siempre dentro de la solidaridad-)
El colmo de “pues yo más”:
- A mí ya hasta me sangra la nariz
- Uy, qué mal

- A ver si llueve y baja esto un poco
- Sí
- Ya a estas alturas no sé yo si va a llover


Pues claro que no va a llover.

Si tenéis curiosidad, a mí me dan TODOS los síntomas, que urticaria no me daba, pero ya también. (mmm, ¿yo más?)

Post… ¿íntimo?

Es decir, que sólo lo voy a entender en su totalidad yo misma, puro ejercicio de egocentrismo, pero cada uno hace con su blog lo que le viene en gana, ¿no?

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Ya no puedo más, hay que saber parar.

Punto de ruptura.

No es grave, es sólo un levantar la cabeza y darme cuenta de dónde estoy.

El viernes, cuando ya llevaba días en precario, se me rayó la tarjeta y el cajero se tragó la libreta. Esperaba que llegara el lunes como agua de mayo, (¿estamos en mayo?, sí, el agua de mayo debió de ser muy esperada en algún momento, cuando el tiempo era más normal y vivíamos del campo; yo ya no me acuerdo de eso). Hoy fui al banco y esta semana cierran a las doce y media porque es San Isidro en Madrid, mañana martes es el día, cierra todo. Llegué tarde. Total, ni un puto duro. Y hasta el miércoles nada. Pero llevo comiendo y bebiendo a placer desde hace ni se sabe. Sólo de gente que hace cuatro meses ni conocía. Que sí, que yo haría lo mismo por ellos, pero es de agradecer.

Y encima te halagan. Joder, subidón de autoestima.

Punto de ruptura.

No perdí tanto, gané más de lo esperado.

No puedo creer que ya sea mayo. Un suspiro, un alivio. Quizá, sin darme cuenta, julio sea mañana.

A veces pienso que con la edad mejoro mi punto ansioso, otras que eso no tiene remedio y deberé aprender a vivir con ello. No sé cuál es la verdad.

Qué churro de post. ¿A que no tengo coño de publicarlo? Pues sí.

Sí, esta noche dije que ya no quería más fiesta, no más pisos, que me venía al mío, tan sólo con mi mac, y este espacio amarillo y naranja, interior (interior pero no de las profundidades del alma, sino que no tiene ventanas que den a la calle), que empezó siendo de otro y ya tiene su pequeña historia, mía, de velas, inciensos, ropa amontonada y el fantasma de un cuerpo que un día lo ocupó por completo. Ya no tengo libros, ni cds, ni plantas, ni catedral de Málaga reflejando la luz que entra por el ventanal, pero estoy yo, más yo que nunca, tan yo que no me reconozco, de lo que me modifiqué, adapté, a lo que otra necesitaba.

peterpan

 

Gracias, gurb , mala , brix , nay , elena , beck, agos, salar , lucía , maco.

 

No hay vuelta atrás

De pronto salgo por otros sitios de Madrid, por La Latina, por Huertas o por Chueca mismo, y veo a todo el mundo tan pijo… y eso que es por ahí y no por otros barrios peores (mejores, supongo, para los demás).

Se supone que he encontrado trabajo, escribir para un sitio frívolo. Está bien, es sólo un trabajo y escribir no me cuesta.

Nada sesudo, nada político, me dijeron. Está bien, para profundidades está mi blog, y si me apuran los blogs de los demás, pensé.

Nada político. Y cada día veo más cercanos a los chinos de las tiendas importación/exportación, a los turcos del kebap de abajo, al rasta camarero del bar de al lado, a todo el mogollón heterogéneo e indescriptible de la plaza, y menos a los de las camisitas de cuadros finos y los polos bien planchados, y ese peinadito relamido. Y me doy cuenta de que me extremo, que empiezo a ser la excepción, que me miran mal en otros sitios y demasiado bien aquí mismo. Que me quedo fuera de las conversaciones de la gente “normal” porque veo a la policía diferente, porque la palabra vivienda me sale de la boca con excesiva frecuencia, porque sé que este verano no va a haber quien me aguante con mi campaña anti-aireacondicionado.

¿Qué voy a hacer conmigo misma?

Igual no es mi problema y es que Madrid con estos gobiernos PP no es normal y yo no estoy acostumbrada, porque quieras que no en Andalucía el PSOE siempre da una patina de relajación, y acabo de venir de Barcelona donde son inquietos, y antes del País Vasco que ya se sabe, y antes de Granada, donde todo da igual, y antes de Gales, que es un mundo aparte y desconocido, y antes de juntarme con los de derechos humanos de Bruselas, y antes no me acuerdo, de la oscuridad y la perversión, supongo, y a mí esto de tanto PP me viene grande.

Y me salen los peores instintos.

Y esto es una mierda, aunque yo sea feliz porque no pueda evitar serlo .

Las putas entradas

(¡Ya tengo las entradas para el concierto de Björk!)


Me gusta esa sensación de temor a que al final pase algo y te pierdas el concierto porque no terminas de creerte que vas a ver a alguien que te hace tanta ilusión. Hacía tiempo que no la tenía, ilusión digo, no sé si porque con los años pierdes entusiasmo o simplemente porque te quedan menos sueños por cumplir.

El hecho de haber comprado las entradas para el concierto de Björk, que para mí es lo más, (creo que ahora mismo no hay nadie a quien desee más ver en directo, quizá sólo Antony and The Johnsons, pero en menor medida), me ha recordado un patético episodio de mi vida que no termino de olvidar. Bueno, es una tontería, pero a mí en su momento me importó mucho.

Ahora que caigo, esto nunca se lo he contado a nadie, por lamentable seguramente, así que aprovecho el momento catártico y el (cada vez menor) anonimato que me ofrece este blog, y me animo a ello. Así que coged la mantita y un café, que os voy a contar una triste historia que pasó hace mucho, mucho tiempo:

No era para ver a Björk, era para otra cantante cuyo nombre no voy a desvelar porque no es necesario. Se prodigaba muy poco en general. Hubiera pagado lo que fuera por asistir a uno de sus recitales, pero era imposible pillarla, siempre daba los conciertos en salas muy pequeñas y yo llegaba tarde para las entradas o coincidía con algún evento importante que no podía posponer, o directamente pasaba largas temporadas en que no pisaba Europa.

Llevaba años detrás de ella, siguiéndole la pista, suscrita a su newsletter, esperando la ocasión. Era una de las cosas que más ilusión me hacían.

Yo tenía todos sus discos, algunos difíciles de conseguir (discos que, por cierto, he perdido durante mi última “"mudanza"" ). Sus canciones habían sido parte importante en los comienzos de una relación que tuve mucho tiempo atrás, y nos acompañó durante esos años. A quien más le gustaba era a mí, pero a ella, llamémosla M., también. El estilo era intimista y romántico, del tipo de canciones con significado que acabas recordando asociadas a determinadas situaciones y personas, de ésas de poemas cantados que te llegan dentro.

Y llegó el momento, pero demasiado tarde.

Nuestra relación daba los últimos coletazos. Ella no terminaba de aclararse y yo permanecía en un estado ansioso que rozaba la patología. Nada nuevo bajo el sol. A esas alturas ya nos habíamos separado, y yo vivía en Madrid (aquí se ve que es donde vengo a olvidarme de otros sitios y algunas personas), mientras ella permanecía en nuestra ciudad de origen, pero todavía, de tarde en tarde, cada vez en intervalos más espaciados, nos seguíamos “viendo”. Era la época en que habíamos “quedado como amigas”.

Entonces fui de las primeras que se enteró de la noticia: habría un concierto de esta cantante en una sala de Madrid unos tres meses después. Emocionada, nerviosa por la ligera posibilidad de la negativa, llamé a M. para decírselo. Que ella viniera al concierto significaba también, y yo lo sabía, que se quedaría a dormir en mi casa, con todo lo que ello implicaba. Ella también se mostró ilusionada y estuvo de acuerdo en que las comprara. Yo la invitaba, y me gasté el dinero que no tenía en los mejores asientos.

Los días pasaron, y la relación degeneró aún más, si ello era posible. El momento de comprar las entradas había sido tan sólo un intervalo dulce en lo que a ojos vista constituía un infierno. Las discusiones, telefónicas en su mayoría, sólo hacían constatar que aquel “ser amigas” era un estado ilusorio.

El día del concierto se acercaba y yo llegué a intuir que podía decirme que no venía, pero no la creí capaz. Ella no tenía otros compromisos, era un viaje acordado mucho tiempo atrás, yo me había gastado una pasta y, sobre todo, no me podía hacer aquella putada, con la ilusión que me hacía.
Pues sí, lo hizo, me dijo que no venía, y se esperó al ultimísimo momento, sólo por joderme.

En cualquier otro caso, cualquier otra cantante, me hubiese buscado a alguien más con quien ir, pero esa vez no podía, hubiera sido demasiado duro.

Qué bonita escena, yo en mi salón, con mis entradas encima de la mesa, a la misma hora en que se suponía que comenzaba el concierto.

Si necesitaba alguna constatación más (que no) de que la relación estaba muerta, fue aquella. Pero relación de todo tipo.

Guardé las entradas, no sé por qué, quizá como recordatorio de mi agonía, en un acto de masoquismo.

Esa cantante ya no me volvió a hacer tanta ilusión. No digo que un día, si coincide y actúa cerca de donde viva, no vaya a verla, e igual me gusta, y me sienta bien por darme cuenta de mi nueva vida y todo lo que dejé atrás, pero ya no la buscaré.

En sucesivas mudanzas, las entradas aparecían en carpetas de papeles, y cuando, entre una caja de cartón y otra, descansaba de empaquetar, siempre tenía un instante en que me paraba a recordar aquel momento.

En la última mudanza las volví a encontrar y las tiré.

Así est...

Suzanne de Leonard Cohen,

de Songs of Leonard Cohen (1968)

 

Suzanne takes you down to
Her place near the river
You can hear the boats go by
You can spend the night beside her
And you know that she's half crazy
But that's why you want to be there
And she feeds you tea and oranges
That come all the way from China
And just when you mean to tell her
That you have no love to give her
Then she gets you on her wavelength
And she lets the river answer
That you've always been her lover
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that she will trust you
For you've touched her perfect body
with your mind.

And Jesus was a sailor
When he walked upon the water
And he spent a long time watching
From his lonely wooden tower
And when he knew for certain
Only drowning men could see him
He said "All men will be sailors then
Until the sea shall free them"
But he himself was broken
Long before the sky would open
Forsaken, almost human
He sank beneath your wisdom like a stone
And you want to travel with him
And you want to travel blind
And you think maybe you'll trust him
For he's touched your perfect body
with his mind.

Now Suzanne takes your hand
And she leads you to the river
She is wearing rags and feathers
From Salvation Army counters
And the sun pours down like honey
On our lady of the harbour
And she shows you where to look
Among the garbage and the flowers
There are heroes in the seaweed
There are children in the morning
They are leaning out for love
And they will lean that way forever
While Suzanne holds the mirror
And you want to travel with her
And you want to travel blind
And you know that you can trust her
For she's touched your perfect body
With her mind.

 

Suzanne te lleva
a su casa junto al río,
puedes oír cómo pasan los barcos,
puedes quedarte toda la noche con ella.
Y sabes que está medio loca,
pero por eso quieres estar ahí.
Y te ofrece té y naranjas
que vienen de la China.
Y justo cuando vas a decirle
que no tienes amor para darle
ella te pone en su onda
y deja que el río responda
que tú siempre has sido su amante.

Y tú quieres viajar con ella,
quieres viajar a ciegas
y sabes que confiará en ti,
porque has tocado su cuerpo perfecto
con tu mente.

Jesús era un marinero,
cuando anduvo sobre las aguas
pasó mucho tiempo observando
desde su solitaria torre de madera,
y cuando estuvo seguro
de que sólo los hombres que se ahogaban podían verle
dijo: “Todos los hombres serán marineros
hasta que el mar les libere”,
pero incluso él estaba deshecho
mucho antes de que se abriesen los cielos,
abandonado, casi humano,
se hundió bajo tu sabiduría como una piedra.

Y tú quieres viajar con él,
quieres viajar a ciegas
y crees que podrías confiar en él,
porque ha tocado tu cuerpo perfecto
con su mente.

Ahora Suzanne coge tu mano
y te lleva hasta el río,
viste plumas y harapos
de los mostradores del Ejército de Salvación.
El sol se derrama como miel
sobre nuestra señora del puerto.
Y ella te enseña dónde mirar
entre la basura y las flores.
Hay héroes en las algas,
hay niños en la mañana
que se asoman buscando amor,
que se asomarán así siempre
mientras Suzanne sostenga el espejo.

Y tú quieres viajar con ella,
quieres viajar a ciegas
y sabes que en ella puedes confiar,
porque ha tocado tu cuerpo perfecto
con su mente.

De cine

(Mis películas favoritas).

Ha sido muy entretenido escribir este post, he tardado bastante en hacerlo porque me enganchaba a leer filmografías y dispersiones varias.

Al final he seleccionado un montón de películas. Si vais al videoclub, recomiendo cualquiera de ellas (aunque algunas son lentas, advierto). Las hay que me flipan (las que llevan Riendo) y otras simplemente me gustan mucho, pero todas merecen estar en la lista:

trailer
La mejor fotografía.
Impagable ver a la Deneuve liándose con Suran Sarandon. Y Bowie está sublime.
vídeo: Bauhaus -- Bella Lugosi's Dead en The Hunger.

Me encanta el título y Sigourney Weaver, una película preciosa a pesar de Mel Gibson, (aunque se trata de uno de sus primeros papeles y todavía no ejerce de él mismo).
Me hubiera gustado poner la escena de la biblioteca, pero estaba en alemán. Por cierto, ésta es una de esas películas que es imprescindible verla en v.o., que yo recuerde se hablan hasta cinco idiomas, y si la ves doblada pierdes el saber en qué idioma están hablando, cosa que es importante.
Nick Cave and The Bad Seeds
de animación
Esa Bette Davis, porrr favorrr…
vaya nombre le pusieron en español... Se llama "Wilder Napalm", y ésta sí que no la conoce casi nadie, es de culto sólo para mí. Debra Winger está espectacular. Es una peli rara, absurda, casi infantil, y me encanta.
Bella película , preciosa banda sonora , me encanta cómo se ralentiza la imagen
que es el lugar donde sobrevivimos.
española, muda (1929), tremenda. ¿Qué hubiera sido del cine español sin Franco? Nunca lo sabremos.
(¿y ese título que le pusieron? No tiene perdón) En inglés se llama Rosemary’s baby. Es como llamar al "Sexto sentido", "En realidad está muerto", la misma cagada.
De Woody Allen, casi todas, pero haciendo un gran esfuerzo por elegir una, me quedo con ésta.
Almodóvar me gusta, ésta por poner una.
con una Carol Burnett que se sale
Me acabo de dar cuenta de lo que me gusta Hitchcock
Tim Curry aquí está genial.
el trailer


Seguro que me faltan muchas (¿los Padrinos?), pero éstas son de las que me he acordado.

¿La vida en rosa?

Ayer estuve viendo La vida en rosa , una biografía de Edith Piaf . La recomiendo, pero os advierto que es dura. Marion Cotillard, la actriz principal, hace un gran papel.

Yo no sabía que la Piaf había tenido esa vida. Durante toda la película se respira una ligera angustia, y a la salida del cine había ambiente de tanatorio, con eso os lo digo todo.

No se pasa bien, pero merece la pena.

 

 

 

Edith Piaf y Marlene Dietrich, bonita foto:

 


 

Pesadilla

DCD - Bylar

 

 

 

La Pesadilla, Henry Fuseli, 1781

 

Ya sé que contar los propios sueños, los que tenemos mientras dormimos, es lo más aburrido para los demás que se puede hacer, es casi como poner a tus invitados el vídeo casero del bautizo de tu sobrino o ese viaje organizado a El Cairo tan bonito. Para el que lo hace, para el que cuenta su sueño, es tan fascinante que no se para a pensar que a los demás les da más o menos igual, por no decir que les importa un comino, porque no pueden recrear esas imágenes tan vívidas ni sintieron esa emoción que todavía dura en la mente del narrador, y seguramente, aunque parezcan prestarle atención, asentirán por inercia y estarán pensando en lo que van a hacer de comer ese día o si les dará tiempo a llegar a tal o cual lugar.

Pero, como el blog es mío, y no puedo siquiera ver vuestras caras de sopor, puesss ahí va:

No suelo tener muchas, pero en los últimos tres meses he tenido tres pesadillas. Pesadillas, de verdad, es decir, malos sueños, no pesadillas de me han robado la radio del coche o intentar darme de baja de un servicio de adsl.

Hará tres meses soñé que había una guerra nuclear. Acojonante. Me dejó una sensación de desasosiego que me duró días. Lo bueno es que me dejó inmunizada frente a cualquier desgracia cotidiana una buena temporada, todo era nimio frente a la posibilidad de aquella catástrofe.

Hace unas dos semanas soñé que había un golpe de Estado ¡en Italia!, y cómo daban las radios la noticia y todo eso. Los servicios secretos iraníes tenían que ver en la operación. Una cosa surrealista total. (Sí, a veces tengo pesadillas de política internacional, me lo tengo que hacer mirar).

Pero miedo, miedo de verdad, pasé la noche del viernes. En esta ocasión no tenía que ver con la política internacional (o sí, vete tú a saber con esas interpretaciones de los sueños tan rebuscadas que a veces se oyen por ahí). El sueño comenzaba con mi madre, mi hermana y yo, en la cocina de mi madre, junto con, y esto es lo más inquietante, el calvo de Telecinco, que lucía un polo azul marino de manga corta. Teníamos una máquina de hacer zumo de naranja de ésas de tubos transparentes de los bares y estábamos todas muy entretenidas con la labor (el calvo era más bien espectador, pero estaba animado también).
De pronto, mi hermana se acercó a la puerta de la cocina que daba a la calle, que ahora estaba abierta, y sin saberlo, activó un mecanismo que hacía que el felpudo se moviera y, del espacio que ocupaba anteriormente, se abriera una puerta y apareciera una escalera corta hacia lo que parecía una planta inferior con luz amarillenta. Mi hermana comenzó a descender por la escalera y junto a ella los demás. Yo no quería dejar la escalera porque tenía la sensación de que la puerta se podía cerrar a nuestras espaldas, pero pensé “qué tontería” y al dar un paso más, efectivamente, en fracciones de segundo, con un golpe seco, se cerró una puerta corredera y metálica tras de mí. Me llevé un susto de muerte. Cuando volví a mirar hacia delante ya sólo pude ver al calvo de lejos, me había quedado sola.
Hasta aquí incluso yo misma me puedo hacer una interpretación medio coherente del sueño, lo grave llegaba a continuación.
Avancé por un ancho pasillo laberíntico, con los techos bajos y antorchas en los muros, y comencé a ver cuerpos, que con horror identifiqué como humanos, colgados de ganchos de las paredes, una cantidad ingente de sangre, intestinos sueltos… Me dio pánico, el corazón se me salía del pecho. Miré a mi alrededor y descubrí dos o tres monstruos deformes que no había duda de que venían a por mí (uno era parecido al ojo de Monstruos SA, pero en versión carne viva sangrante y con las patas más cortas). En serio, hacía años que no sentía ese nivel de angustia. Comencé a correr todo lo que podía, los monstruos se acercaban, pero conseguí saltar por una ventana de tijera que vi abierta. Aterricé en una terraza de lo que parecía el exterior de un castillo. De nuevo estaba al aire libre, pero en una brevísima ojeada descubrí que la terraza no tenía otra salida y que la caída era mortal de necesidad, no se veía ni el fondo. Intenté bajar la ventana de tijera lo más rápido que pude, pero para cuando lo logré uno de los monstruos ya se había interpuesto. Yo apretaba hacia abajo y el monstruo hacía fuerza hacia arriba. De pronto supe que no podría aguantar más la situación, la ventana salió disparada hacia arriba y yo corrí hacia el borde de la terraza. En dos segundos los monstruos me habían alcanzado y me estaban comiendo.

No entiendo cómo mi cerebro me puede hacer estas putadas.

Me desperté tan agitada que el corazón tardó minutos en recuperar su ritmo normal.

Poner los sueños en palabras los desvirtúa, y quizá eso es lo que he intentado hacer contando esto. Supongo que el sueño tendrá alguna interpretación, y me interesa mucho ese tema en general, pero sobre este sueño en concreto renuncio a ella, ya he tenido demasiado.

En compensación por esto, si alguien quiere contar un sueño o pesadilla suya lo leeré atentamente y además le comentaré.

Planchazo

Sábado, 9 de la mañana, suena el móvil y doy por hecho que es el despertador, pero hay algo extraño, el tono es diferente y, cuando con mi tortón mañanero voy a apagarlo, descubro en la pantalla “Número privado”. En circunstancias normales hubiera rechazado la llamada, pero salida de los sueños más profundos, sin tiempo para reaccionar, lo cojo.
-¡Hola!, es la Policía Municipal, de aquí, de Madrid.
¡Chun! Activación.
- Su coche… ¿dónde lo tiene usted aparcado?
Hostiaaaaa. Hace una semana que tengo el coche aparcado en un sitio donde no molesta mucho pero teóricamente no se puede dejar allí. Ya me han pillado, pienso (todo en décimas de segundo), anda que nos son efectivos, ¿cómo coño tiene mi móvil la policía local de Madrid?
- Aaaaandaaaa… digo, con el tono más agradable y sorprendido que encuentro, mientras se me ocurre algo que decir, porque no termino de reaccionar.
- No, no (me dice el municpal, con tono de no hace falta que me cuentes el rollo, que no es para eso por lo que te llamamos), es que su coche ha parecido con la ventanilla rota.
Planchazo.
-    Ah
-    ¿Dónde lo tiene usted aparcado? ¿En la calle Santa Isabel?
-    Siii (hilillo de voz)
-    Número tal
-    Sii
-    Pues están allí unos compañeros porque está toda la documentación revuelta, por si se puede usted pasar.
-    Sí, sí, yo me paso
-    ¿Dónde está usted?
-    Aquí en Lavapiés, cerca
-    ¿Se pasa usted?
-    Sí, yo me paso.

Busco algo que ponerme mientras los pensamientos se agolpan en mi cabeza: dinero, ahora arréglalo, ¿tenía o no tenía al final yo la rotura de lunas incluida en el seguro?, me van a decir algo de dónde lo tengo aparcado, multa, más dinero, lo tendré que denunciar, ¿qué tenía de valor en el coche?, como se hayan llevado el carnet de conducir…, qué me pongo… Y ahora ve para allá, seguro que hace frío.

En esas suena otra vez el móvil:
-    Soy de la policía municipal, otra vez, que si quiere usted se pasan mis compañeros a llevarle la documentación
-    Ah, sí (jooooder, que te la traen a casa, mi valoración sobre la policía acaba de subir varios puntos de golpe)
Le digo la dirección y me promete que vendrán.
Me quedo sentada en el sofá con cara de idiota.

Tardan un cuarto de hora. Traen la documentación, está completa, me cuentan lo que han visto y deduzco que me han robado la radio, me dicen que lo puedo denunciar telefónicamente, cosa que pienso hacer, pero me aconsejan que aún así me pase a ver el coche antes.

Paso, y me vuelvo al sofá, ¿para qué voy a ir?, ya lo veré luego.

Mi radio. Mi raaadio, que se oía de puta madre…

Y estará todo lleno de cristales.

¿Y ahora qué hago yo, con lo temprano que es, que no hay nadie despierto?

Escribir un post.

Mi imposibilidad para postear

Editado: 

 

 

Manu Chao - Mentira

De la una no puedo hablar, que no es elegante ni conveniente, de la otra tampoco, no vaya a ser que se entere la gente de su marca de tinte, de la tercera menos, no queramos joderla, el otro se muere si lo hago, y no queremos funerales. A Nay lo traigo frito, angelito, lo voy a dejar ya. De mis compañeros, tres cuartos de lo mismo, que miedo me da el día que descubran mi blog. Tanta vida no tengo. Estoy cohibida, yo así no puedo. ¿Por qué no podré ser como Omanero , que hace unos posts que te cagas sin necesidad de contar su intimidad ni la del vecino? Tengo la sensación de que me vuelvo transparente.

Digo, pues nada, reelaboro un texto antiguo, ¡pero si los he perdido todos!
Luego, sólo se me ocurren cosas escabrosas. Todo lo que no puedo hacer, como el post del sábado, que lo cerré a comments porque pensaba eliminarlo (para no tener que borrar luego los comments de nadie). (A ver, una cosa es una cosa y otra cavarme mi propia tumba dejando por escrito cosas que luego puedan ser utilizadas en mi contra).
Hice la prueba con Kirikita, de tres años, para estudiar el tema de si te prohiben una cosa la vuelve más atractiva, y efectivamente, es innato. Puse una silla en un pasillo por el que nunca se pasa y le dije: “por ahí no se puede pasar”, y un minuto después estaba la niña andando de puntillas hacia el punto prohibido. Pues lo mismo me pasa a mí con los temas inconvenientes.

Así que… tenemos dos opciones:
a) hablo de las mis películas favoritas de todos los tiempos, que es un tema en el que todo es empezar porque enseguida me emociono y no paro. ¿Quizá en otro momento?
b) os cuento mi día, que ha sido normal, por la mañana he llegado tarde a todas mis citas, he cocinado una nueva receta que me ha salido regular, y visto lo poco interesante que está la tele me he puesto a escribir, por hacer algo.
Y ya, ya, que no hay necesidad de escribir tampoco, pero es que yo tengo ganas de hacerlo.
Bueno, no me hagáis caso.
También puedo comentar las noticias:
cae la bolsa y las inmobiliarias se descalabran.

Todo el mundo se pregunta si es el fin de la burbuja inmobiliaria. Yo creo que eso da igual, a estas alturas el fin de la burbuja no beneficia a nadie, y que los pisos estén más baratos (ligeramente, no nos engañemos), no nos saca de nada, porque el que se podía embarcar ya está metido en una hipoteca de por vida. Por eso ha caído la bolsa, y no sólo por los frenos a la especulación por parte de las comunidades autónomas (el poder de las inmobiliarias, que es muchísimo, está perdiendo frente al poder público; un poco tarde, quizá, pero está ocurriendo) ni los intentos de la UE de controlar la inflación subiendo los tipos de interés, sino porque ya apenas queda gente a la que pillar.

Sospecho que esto es sólo el principio de un bache en la economía bastante chungo. Ahora la gente al paro, y de rebote en los demás sectores. No se puede basar la economía de un país en la construcción, y menos con los tiempos que corren. La construcción, tal como se lleva a cabo ahora mismo, es completamente contaminante y lesiva para el medio ambiente.
Por mí, a ver si caen y revientan todos, y aprovechando el bajón se nos ocurre entre todos una economía sostenible y menos dañina para el medio.
Decía Zaplana, muy indignado, que ahora al gobierno no le iba bien ni en economía, blablabla… (primero, da por hecho que antes sí le iba bien, pero aparte, se veía que le afectaba en lo íntimo, ese hombre sólo puede ver la economía en términos de beneficio económico, ¿y el coste social y medioambiental?).

Lo de siempre. Vaya mierda de capitalismo, y de mundo. A ver cómo cambiamos esto, que una mano de pintura no tapa las grietas y se nos cae el chiringuito, se nos cae…

Hala, ya me he desahogado. Sonriente

Miscelánea

Hacía tiempo que no me daba una vueltita por Internet.

Sus dejo estos enlaces:

  1. Para Nay : Bjork - Earth Intruders , el primer single de su nuevo disco “Volta”. La canción, que no me parece nada del otro mundo, la verdad, es la base de lo que se prevén incontables remixes, pero las otras del álbum, mucho más "pop" de lo que nos tenía acostumbrados, son muy diferentes. Y... habemus conciertum.
  2. noticia
  3. con estrella
  4. noticia curiosa
  5. Últimamente hablé de este tema, la sincronía menstrual , con alguien. La teoría que se da como más plausible es la de la interacción de las feromonas, pero no hay nada concluyente sobre el tema (hala, para las incrédulas Guiño ).
  6. Maco , me he acordado de ti, por la temática. Es de risa .
  7. Arte implicado
  8. Galería de imágenes sobre impactos mundiales del cambio climático