Otra cagada más en el mundo
La Universidad para la Paz es una institución académica, creada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, para promover la paz a través de la educación. Es la única institución dependiente de las Naciones Unidas dedicada a la formación. En ella se estudian asuntos relacionados con la resolución de conflictos, derechos humanos, recursos naturales y desarrollos sostenibles. No es propiamente un órgano de las Naciones Unidas, sino que tiene un estatus especial, es autónoma tanto desde el punto de vista presupuestario, administrativo como académico. Sin embargo, se ha caracterizado por representar la corriente más progresista, más práctica, por “tirar” de Naciones Unidas, además de albergar los alumnos y el profesorado más destacados de sus especialidades dentro del panorama mundial. Todo eso parece que ya ha llegado a su fin.
No es un hecho banal, hasta ahora la Universidad para la Paz era realmente útil y positiva, y lo que necesitaba eran más medios y expandir su labor. Recientemente ha sido elegido un nuevo rector en un proceso de elección bastante oscuro. Con la excusa de abaratar costos y asemejar su funcionamiento al de una institución privada, la primera medida de este nuevo rector ha sido despedir masivamente a todos los que habían mostrado algún tipo de reticencia a su elección o simplemente no le eran ideológicamente afines. Curiosamente, la “limpieza” ha arrastrado a la mayor parte de los hispanohablantes, a pesar de que la sede central de esta Universidad se encuentra en Costa Rica.
Ronnie de Camino
La caída más lamentable ha sido la del chileno Ronnie de Camino, excelente persona y brillante profesional, ejemplo de todos los ambientalistas del mundo por su lucha a favor del medio ambiente y su personalidad conciliadora.
La francesa Anouk Guiné, ex profesora ya del Programa de Género y Construcción de la Paz, escribe un artículo donde explica la situación y que paso a transcribir:
“El reciente nombramiento de John Maresca como rector de la Universidad para la Paz (UPAZ) ha sido cuestionado por algunos profesores, estudiantes, exestudiantes, parte del personal administrativo y técnico, la comunidad internacional y algunos medios de comunicación. ¿La razón? Un pasado lleno de gestos y actos no congruentes con una universidad destinada a impartir conocimientos sobre la paz y la justicia social.
Veamos: El señor Maresca está ligado a corporaciones multinacionales plagadas con oscuros antecedentes de violación de derechos humanos que, sin embargo, son generalmente legitimadas –es lamentable decirlo– por Naciones Unidas. Esto colisiona con la misión de la UPAZ. Por ejemplo, como mostró el doctor Levine en “A dissenting voice: Part II. Chronic stress in the system” (Journal of Genocide Research , 2004), el señor Maresca trabajó en la década de 1990 para los objetivos geoestratégicos de EE. UU. dirigidos a un control del petróleo por las más grandes empresas norteamericanas en Asia Central. Y ya sabemos qué ocurrió en esas regiones entonces.
Hay más. Desde 1999, Business Humanitarian Forum, institución dirigida por el señor Maresca, tiene en su consejo de asesores a miembros que también violaron reiteradamente normas internacionales de derechos humanos. ¿Cómo no reaccionar cuando, en su primera reunión con el personal de la UPAZ, el señor Maresca celebró el volumen de negocios de la empresa Wal Mart como ejemplo de su fe en el sector privado? Quien conoce la manera prepotente con que Wal Mart explota desde siempre a sus empleados no lo celebraría de esa manera.
¿Hasta cuando la UPAZ seguirá siendo manejada por los seguidores de Maurice Strong (exrector de la UPAZ, expresidente del Consejo de la Tierra y del Consejo de la UPAZ) y de su empleado Krishnamurthy Panchapakesan (consejero financiero y de recursos humanos en ambas organizaciones)? Son quienes vendieron los terrenos del Estado costarricense que fueron donados al Consejo de la Tierra.
Pérdida. Esta política de irrespeto a los más elementales derechos humanos ha sentado ya su cabeza de playa en la UPAZ. Se ha iniciado un proceso de despido de personal docente. Extraña coincidencia: se despide a los profesores –entre los cuales el doctor Ronnie de Camino Velozo (Chile)– que más activamente cuestionaron el nombramiento del señor Maresca. ¿Cómo explicar también los despidos de profesores que son hispanohablantes, justo cuando el Gobierno de Costa Rica logró que se elaboren en el futuro programas latinoamericanos en español? La UPAZ no calculó el altísimo costo que los despidos implican: Pérdida de calidad académica, pérdida de imagen ante aliados tradicionales de la UPAZ; pérdida de imagen ante el principal socio académico de la UPAZ: American University; pérdida de credibilidad con los donantes... y así la lista es larga.
El Programa de Género y Construcción de la Paz está ahora gravemente afectado. Se despidió a la única profesora residente que tenía. Hagamos una relación cronológica de hechos adicionales que nos debe preocupar. En el 2001, las NU esperaban que la UPAZ tomara “el liderato en integración de los estudios de género a nivel mundial”. ¿Se cumplió? En el 2003, gracias al informe “International Decade for a Culture of Peace and Non-Violence for the Children of the World, 2001-2010”, se comunicó a los miembros de la Asamblea General que “los asuntos relacionados con el género son centrales a los objetivos de la UPAZ y son integrados en todos los programas de la UPAZ”.
No está. Hoy, contrariamente a lo que se dice en el discurso oficial de la UPAZ, la perspectiva de género no está integrada a los programas de manera sistemática. Sin embargo, hace unos meses, el exrector a. í. Tsai anunció informalmente que el Programa de Género “podría desaparecer” y ser remplazado por una política de gender mainstreaming en los otros programas. Ya sabemos que esto no ocurrirá por falta de voluntad política.
Cuesta pensar que esto ocurra en un ente que defiende, se supone, justicia social, democracia, transparencia, protección del ambiente, educación para la paz, libertad y excelencia académica.
La pregunta es: ¿cómo reconciliar el respeto por los derechos humanos en una universidad cuya cultura institucional es cada vez más la de una empresa privada, que no duda en fusilar a su personal cuando lo cree necesario, y la de una organización con una agenda oculta y un doble discurso? Véase sobre este asunto la petición de los estudiantes: http://univpeace.epetitions.net/
Esperemos que el Dr. Sanguinetti, expresidente de Uruguay, miembro de la Comisión Mundial sobre la Dimensión Social de la Globalización y actual presidente del Consejo de la UPAZ, sepa sanar y consolidar esta institución, en la que queremos creer y que queremos fortalecer."
8 comentarios
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Iwi -
karraxi -
a veces parece que la humanidad no tiene remedio. k asco de poderes
del mismo mundo -
www.univpeace.epetitions.net
Curro -
malayerba -