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weblog de Iwi

Tres posts en uno o El tiempo (el clima)

Buahhhh, post super largo, ya lo dije, que estoy recluida, todo internet para mí.



No está estudiado cómo de verdad nos afecta el clima. No está. Mi compañero de piso, que fue especialista de cine y sufrió mil roturas, te predice el tiempo con una exactitud pasmosa, lo siente en su cuerpo. A mí hermana le pasa igual con una cadera que se rompió. Yo, que soy asmática, sin salir de casa, sé cuándo se ha levantado el día nublado. A veces se me olvida mi “habilidad” y pienso “¿qué me pasa, qué me pasa hoy?”, miro por la ventana y “ah, coño, el tiempo”.
(aparte: dicen que en la sociedad occidental el factor que ahora mismo disminuye más la esperanza de vida es el asma, como diez años menos. Qué pena que me voy a perder el final –sarcasmo-).
El levante, el poniente, la tramontana y los nombres de vientos que hablamos un día en otro blog, creo que el de Gurb, ¿cómo afectan así a la gente? Porque les afecta, en eso estamos de acuerdo. En realidad yo sólo sé del levante, que por algo soy de Cádiz, y que a mí no me afecta tanto, pero a los de fuera, hasta a mi madre, que llegó allí con catorce años, los trae de cabeza. Yo sé cuándo está, soy consciente, pero me adapto, como cuando coges habilidad en tu propia casa y sabes dónde están los interruptores aunque estés a oscuras.

¿Qué coño es eso de las ondas Schumann? Ya sé que es casi todo mierda y me queda algo del raciocinio que me inculcaron mis profesores, ¿pero qué habrá de verdad?

El pulso de la Tierra”. Yo creo en eso, no en la Gaia de Lovelock exactamente, pero sí que la Tierra es un ente vivo, un sistema en sí mismo, al que pertenecemos, que Todo es Uno. Lo sé porque sí.

¿Era Descartes? En filosofía siempre estuve floja.

Sólo sé que lo sé. ;)
 
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Tarde de agosto (tarde de un día bochornoso, como descubrí después)

Hoy dormitaba, producto de las pastillas para el pie, en mi habitación, y en ese duermevela, oía, como un rumor, las noticias de la televisión que me llegaban desde el salón. Todavía no sé si sueño o realidad, escuchaba que había plaga de topillos en gran parte de los viñedos españoles (en Toro, horror), que amenazaba con pasarse a La Rioja; mosquitos en Los Monegros y menos mal que todavía no había llegado el mosquito tigre, soñaba con el mosquito tigre como monstruo de videojuego; que no había pescado para abastecer todo el turismo de la Comunidad Valenciana y pagaban lo que fuera por él, cigalas todo el mundo; que los monzones estaban siendo muy malos y el cuarenta por ciento de Bangladesh estaba inundado. No podía respirar bien y pensaba en la nube anaranjada que cubre el cielo madrileño, que sólo se ve si te alejas lo suficiente, o si desde un ático alto miras al horizonte. Pensaba en salir de aquí y luego renunciaba, por pereza, dejándome dormir de nuevo. Soñaba cuando yo vivía en el campo y el campo me parecía feo, y yo quería salir de allí, y ya no hay campo al que volver. Por él pasa un carril de desviación de la autopista, la A7.
Recordaba a mi abuelo materno (el desertor, el desconectado). Él decía que la tele era una mierda, así, y que del parte sólo valía “El Tiempo”. Él sólo miraba la tele cuando daban las predicciones meteorológicas, a las que prestaba mucha atención, y luego pasaba. (La verdad es que él también mantenía que la llegada del hombre a la Luna era una invención).
Recordaba cuando yo tenía trece años, y leía más que ahora, por algo vivía en el campo y quería salir de allí. Entonces leí una novelita que se llamaba “El Genio ”, que iba de un científico que inventó una máquina para controlar el clima, y destruyó el mundo, muy a su pesar.




Y, bañada en sudor, no quería recordar más, ni pensar en el futuro, ni en las cosas que leí ayer o antes de ayer, ni acordarme más de la foto de la niña china, ni en lo enfermos que se iban a poner. Entonces me quedaba el dolor físico e intentaba dormir.

Poder hacer clic y apagar la luz, hacer clic y apagar tu cerebro, así afectan las drogas al ser humano; no, no estoy tomando drogas, sólo las recuerdo.

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Nosotros, tú y tú, el/la que me lees, yo, nunca hemos vivido una guerra, ni siquiera una revolución (bueno, suelen estar precedidas de guerras). No sabemos lo que es eso. Bendito tiempo de paz.

(A lo largo de mi “trayectoria académica” (o la época en que era una arrastrada y le aprobaba asignaturas a los demás) yo di una asignatura que se llamaba “Historia de la Paz”, en la Universidad de Granada. Preciosa asignatura. Siempre se estudia la Historia desde el conflicto, nunca desde las etapas de paz. Ésta iba sobre eso, mi trabajo sobre las etapas de paz en la Prehistoria. Tiempo de paz, como es el nuestro, hasta que nos atrapó la globalización y a muchos de nosotros no se nos escapaba que aunque aquí viviésemos contentos y felices, a la vuelta de la esquina, léase Sudán, Yemen o Iraq, la gente vive ese drama, que es lo peor que puede acontecer en la vida de un grupo social y a la vida personal de cada uno de sus componentes. Tiempo de paz ilusoria, el que vivimos.)


Me planteo si hubiera que ir a una guerra, como ese preámbulo de revolución necesaria (nunca fue tan necesaria ni tan científicamente comprobada), ¿iría?
No. Porque la guerra alimenta al mal y a la propia guerra. Ya muere demasiada gente.

Las revoluciones, si les da tiempo a ocurrir, deberán ser pacíficas, lo que no quiere decir débiles.

Hacer el vacío.

Quizá este post acabe de manera abrupta, simplemente me he cansado de escribir. Y de derivar.

 

5 comentarios

Iwi -

hola Curro, lo bueno/malo de estas tormentas es que cuando acaban queda casi como si no hubiera pasado nada, el calor no va a desaparecer y seguro que puedes secar bien toda la ropa. Cualquier cosa tira de teléfono, que estoy teniendo problemas con mi email, y quedar no puedo porque estoy con la pata chunga.
Que tengas muy buenos ratos en Escocia. un beso.

Curro -

hola guapísima, lo primero que se mejore tu pie. yo acabo de llegar de barna y me he quedado loco con esta tormenta ¡tenía que poner ochocientas lavadoras! pero bueno, espero que mañana escampe. dulces sueños. hablamos. C.

Iwi -

Gracias, gurb. Precisamente en estos momentos hay tormenta y lluvia sobre Madrid, un gustazo.

Estoy de acuerdo contigo en que la revolución ha de ser mental, pero pienso que debe haber más de una, como una energética, y otra de organización social, aunque fuera dentro del propio sistema. Son necesarias estructuras más humanas y rediseñar el poder político, al menos el local.

A TODO EL MUNDO: PARECE QUE HAY PROBLEMAS CON MI EMAIL. Por ejemplo, siempre que alguien me comenta me llega un email (y puedo borrarlo directamente desde el correo, por ejemplo), pero no me ha llegado de los últimos comentarios, y no me llegan ni spams, lo que ya es raro. Así que ya sabéis, si no contesto o algo es que no me están llegando.

gurb -

Cuidate y que se te mejore lo antes posible lo del pie.

gurb -

A mi el calor bochornoso, tengo que reconocoerlo, me crispa ligeramente. La luna me afecta un montón y si paso mucho tiempo lejos del mar siento un vacío. Me gusta que el tiempo se acerque a los extremos; si toca frío que haga bastante frío, sí toca calor que haga bastante calor. Espero anisoso un buen tormentón de verano, y que me pille en la calle y me deje bien mojado.

Ya divagando un poco (el calor me crispa a la par que me anula algunas neuronas), sobre la 'revolución'. Se me hace dificil imaginar por donde ha de venir una revolución que centre un poco al planeta y a la convivencia de los humanos en él. Hoy día parece que todo intento de cambio nace directamente corrupto, contaminado. Soy partidario de afrontar al sistema desde dentro del sistema. Con sus armas pero con otra mentalidad. Por lo tanto, el primer paso para una revolucíon es mental. Es un estado de conciencia humana.

Bueno, ahora me sale esto y mañana puede que opine lo contrario.
Yo que sé. También termino abruptamente.