Vértigo
Un día amaneces y descubres que la verdad, ésa que lleva tiempo ahí, rondando, tomando forma poco a poco, ha aflorado. Tan clara y brillante que cerrar los ojos ya es inútil, tan evidente que te arrastra hasta su centro.
Y tú, maestra en derrotas, que día a día te pensabas fuerte, el consejo siempre en los labios, tienes que reconocer que la vida no admite riendas, que el tiempo no se puede suspender a voluntad, que los estados de felicidad, ya lo sabías, no se dejan atrapar.
No eras dueña de la eternidad, fue tu pequeña mentira privada.
No, ahora la verdad te exige otro salto al vacío.
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sonia -