Intangible
Hoy he estado hablando con un amigo bloguero, amigo antes de saber que era bloguero (Nay ), de los diferentes tipos de posts que se pueden escribir: de los que simulan un diario, de los artículos sociales…
Hoy vuelvo a mí y a lo que más me gusta, y a él también. Por eso escribo este post intimista, que seguramente nadie entenderá, pero que me servirá de desahogo, de asidero, de pies en la tierra, de grito al aire, a la blogosfera, a Internet, al mundo real, porque como comentaba ayer de pasada y por otros motivos con una bloguera insigne que todos conocéis, éste es más el mundo real, de tan loco y lejano que en ocasiones se vuelve el otro. Son más reales mi cabeza, mis sueños, mis ojos sobre esta pantalla, y vosotros con los que espero comunicarme, que el portero del edificio, cuya vida no me importa, o la plaza y sus borrachos, que son sólo el escenario de mis paseos.
El día, dentro de su normalidad, ha terminado con algo inesperado, una lluvia copiosa que se ha llevado las frivolidades. Recordatorio del tiempo que hace que no te veo, de lo sola que está, del deseo que me desboca.
Recordatorio del tiempo que pasa, de este Madrid, que ya no es el que conocí apenas cuatro años atrás, de Sofía. (Sofía, ya puedo, ya sí, pronunciar tu nombre como una especie de sortilegio. Diosa.)
Y así, desnuda, conseguiré conciliar el sueño, perderme, olvidarme, hasta mañana, en que me vuelva a tropezar, de bruces, con una luz, unos colores y una corporeidad que a veces se me hacen pesados sobrellevar.
Hoy vuelvo a mí y a lo que más me gusta, y a él también. Por eso escribo este post intimista, que seguramente nadie entenderá, pero que me servirá de desahogo, de asidero, de pies en la tierra, de grito al aire, a la blogosfera, a Internet, al mundo real, porque como comentaba ayer de pasada y por otros motivos con una bloguera insigne que todos conocéis, éste es más el mundo real, de tan loco y lejano que en ocasiones se vuelve el otro. Son más reales mi cabeza, mis sueños, mis ojos sobre esta pantalla, y vosotros con los que espero comunicarme, que el portero del edificio, cuya vida no me importa, o la plaza y sus borrachos, que son sólo el escenario de mis paseos.
El día, dentro de su normalidad, ha terminado con algo inesperado, una lluvia copiosa que se ha llevado las frivolidades. Recordatorio del tiempo que hace que no te veo, de lo sola que está, del deseo que me desboca.
Recordatorio del tiempo que pasa, de este Madrid, que ya no es el que conocí apenas cuatro años atrás, de Sofía. (Sofía, ya puedo, ya sí, pronunciar tu nombre como una especie de sortilegio. Diosa.)
Y así, desnuda, conseguiré conciliar el sueño, perderme, olvidarme, hasta mañana, en que me vuelva a tropezar, de bruces, con una luz, unos colores y una corporeidad que a veces se me hacen pesados sobrellevar.
6 comentarios
Minaya -
Te echo de menos
Salarino -
iwi -
sonia -
Laura -
Yo como Brixta me sorprendo muchas veces diciendo aquello de " a una amiga mia..." cuando en realidad es alguno de vosotros, y eso que a la mayoria no le he visto en careto en la vida, pero... asi están las cosas. Besines
Brixta -