FANTASMAS
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El emperador Domiciano (81 -97) gobernó de forma tan cruel que a su muerte se mandó borrar su nombre de todas partes.
Siempre me fascinó este hecho.
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Cuando cumplí veinticinco años, todos mis amigos, en bloque, dejaron de hablarme. Eran mis amigos de los años de universidad, con los que había viajado, me había emborrachado, había compartido confidencias, a los que veía a diario… es fácil imaginarse la relación.
Tuvieron que elegir entre yo y otra persona a la que les unía una relación económica - mi exnovio, que era el cerebro de la empresa que habían montado entre todos-. Por supuesto, no me eligieron a mí.
Se me rompieron los esquemas. Me creó sensaciones de vacío, soledad, incredulidad, decepción y tremenda desconfianza en el ser humano. El desgarro que aquello me produjo superó incluso a algunas de mis rupturas amorosas.
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1998 : él, que era informático, ya tenía lo más parecido a lo que hoy llamaríamos un blog, “Cuaderno de Bitácora” se llamaba, donde relataba nuestros viajes y desventuras, adornado con fotografías. Yo era protagonista en muchas de las historias.
Ese blog todavía existe. Dejó de actualizarse ese mismo año. Cada vez que lo miro parecemos más jóvenes… Ha quedado ahí, atrapado en el tiempo.
Sólo hay un pequeño detalle:
borraron mi nombre.
3 comentarios
anita -
Lo desconcertante es ver de repente que esos en los que confías no son quienes creías que eran. Se te cae el velo de los ojos y se te queda una cara de tontaa.. El engaño desconcierta, y a veces hace mucho daño. Pero tampoco es posible, ni sano, dejar de confiar en la gente. Como dijo alguien alguna vez "es más vergonzoso desconfiar de los amigos que ser engañado por ellos".
Siente tan sólo no haberte dado cuenta antes. Alégrate de que ya no estén en tu vida y de que tu nombre no figure en la página de gente así. :)
Iwi -
muac
sonia -