El bote de Ikea
¿Quién no ha visto este bote de cocina antes?
No quiero entrar en la pesadilla en que se puede convertir ir a Ikea: siempre échale -mínimo- tres horas más que el tiempo estimado, y nunca el dinero previsto, además de ese cargar cajas del almacén y ese móntelo usted mismo. No quiero revivirlo, y ya Brixta escribió un post al respecto.
(Mira que he prometido veces no ir más a Ikea, y vuelvo, vuelvo…).
La presencia del bote de cocina (“escurrecubiertos”) allí donde voy es alucinante. Lo tienen mi hermana, mi madre, mi amigo J., y yo misma, repetido además. Todos de lugares distintos y comprado independientemente de los demás. Y mucha más gente.
Eso me ha dado que pensar sobre la incursión de Ikea en nuestra vida cotidiana y el hecho sorprendente de que sus muebles se encuentran en casi todas partes del mundo, incluidos lugares muy distantes de las tiendas de la marca. Incluso te da conversación con gente de culturas muy diferentes, distiende. La misma mesita que yo tenía en Bélgica se puede encontrar, y muy fácilmente, en NuevaYork o Tokio, en Sevilla y en Alcorcón.
Cuando estuve en Marruecos descubrí que no había Ikea, pero se habían inventado “Kitea”. Ya les llegará, todo llega.
No sé los números de venta de cada producto de Ikea, pero aquí he establecido un ranking de los productos más populares (esos que te tropiezas una y otra vez, vayas donde vayas), según me ha parecido a mí:
Número 1:
El bote. Escurrecubiertos, llamado ORDNING, 4,99 €
(El bote de cocina es objetivamente caro, a pesar de ser de metal, –botes en los chinos los hay a un euro-, pero muy aparente, y por esa cantidad de dinero, que casi todos nos podemos consentir como capricho, consigues un objeto en tu cocina que parece “algo”, ésa es mi conclusión). -marujeando-
Número 2:
Número 3:
Taburete FRITIOF 3,99 €
Conversación entre mi hermana y yo, en el piso que ella acaba de alquilar:
Iwi: Aquí también tienen el bote de Ikea.
Hermana de Iwi: (silencio, pasa de Iwi).
Iwi, (con ganas de charla): ¿Tú crees que Ikea acabará conquistando el mundo?
H: Ya lo ha conquistado.
I: Pero más, que sólo se puedan comprar muebles de Ikea.
H: Puede. (…) Están construyendo la tienda de Málaga.
I: Y acaban de abrir otra en Madrid, en Vallecas.
(…)
I: Da un rollo comunista, soviético, todos con los mismos muebles.
H: Sí.
I: Pero éstos son más o menos bonitos, modernos. Sería parecido a lo que pasaba con los muebles de la España de la posguerra, todos iguales, porque había autarquía y no se podía otra cosa, y ésos sí que eran feos, de abuela.
H: En realidad Ikea lo que hace es copiar, copiar de Hábitat, de Roche-Bobois, que es internacional…
I: ¿No se pasará de moda comprar en Ikea?
H: No, porque ellos se van adaptando a lo nuevo que sale. Por ejemplo, ahora se lleva el look “tatoo”, lo irregular, la similitud con plantas, y hacen así los jarrones, los cojines, las cortinas… Siempre van un poco por detrás, pero lo suficiente para que la gente compre. Y su triunfo mundial es por la globalización, y la globalización no va a ir para atrás.
I: Llegará a ser cutre tener muebles de Ikea.
H: Ya lo es, pero todo el mundo los tiene.
I: Pero es cutre.
H: Sí, ahora lo que se ve en las revistas de decoración es “tal mueble hecho por el carpintero del pueblo”. Se valora lo único, original, lo caro de hacer.
I: En realidad eso no tendría por qué ser tan malo, quizá no. Me refiero a todos con los mismos muebles. Por ejemplo, si las lámparas las hacen en Marruecos, ¿no es mejor, medioambientalmente hablando, que se concentre toda la producción en una sola fábrica, en vez de tener, por ejemplo, sesenta fábricas? Aparte del tema del transporte, si eso no fuera el problema.
H: Sí, pero es que se van a países donde no hay leyes de protección de los trabajadores, y además se quedarían en paro los de las otras cincuenta y nueve fábricas.
I: Pero aparte de los trabajadores, medioambientalmente hablando.
H: Se van a países donde las leyes medioambientales son muy permisivas.
I: Vale.
No quiero entrar en la pesadilla en que se puede convertir ir a Ikea: siempre échale -mínimo- tres horas más que el tiempo estimado, y nunca el dinero previsto, además de ese cargar cajas del almacén y ese móntelo usted mismo. No quiero revivirlo, y ya Brixta escribió un post al respecto.
(Mira que he prometido veces no ir más a Ikea, y vuelvo, vuelvo…).
La presencia del bote de cocina (“escurrecubiertos”) allí donde voy es alucinante. Lo tienen mi hermana, mi madre, mi amigo J., y yo misma, repetido además. Todos de lugares distintos y comprado independientemente de los demás. Y mucha más gente.
Eso me ha dado que pensar sobre la incursión de Ikea en nuestra vida cotidiana y el hecho sorprendente de que sus muebles se encuentran en casi todas partes del mundo, incluidos lugares muy distantes de las tiendas de la marca. Incluso te da conversación con gente de culturas muy diferentes, distiende. La misma mesita que yo tenía en Bélgica se puede encontrar, y muy fácilmente, en NuevaYork o Tokio, en Sevilla y en Alcorcón.
Cuando estuve en Marruecos descubrí que no había Ikea, pero se habían inventado “Kitea”. Ya les llegará, todo llega.
No sé los números de venta de cada producto de Ikea, pero aquí he establecido un ranking de los productos más populares (esos que te tropiezas una y otra vez, vayas donde vayas), según me ha parecido a mí:
Número 1:
El bote. Escurrecubiertos, llamado ORDNING, 4,99 €
(El bote de cocina es objetivamente caro, a pesar de ser de metal, –botes en los chinos los hay a un euro-, pero muy aparente, y por esa cantidad de dinero, que casi todos nos podemos consentir como capricho, consigues un objeto en tu cocina que parece “algo”, ésa es mi conclusión). -marujeando-
Número 2:
Mesa LACK, 9,99 €
Número 3:
Taburete FRITIOF 3,99 €
Conversación entre mi hermana y yo, en el piso que ella acaba de alquilar:
Iwi: Aquí también tienen el bote de Ikea.
Hermana de Iwi: (silencio, pasa de Iwi).
Iwi, (con ganas de charla): ¿Tú crees que Ikea acabará conquistando el mundo?
H: Ya lo ha conquistado.
I: Pero más, que sólo se puedan comprar muebles de Ikea.
H: Puede. (…) Están construyendo la tienda de Málaga.
I: Y acaban de abrir otra en Madrid, en Vallecas.
(…)
I: Da un rollo comunista, soviético, todos con los mismos muebles.
H: Sí.
I: Pero éstos son más o menos bonitos, modernos. Sería parecido a lo que pasaba con los muebles de la España de la posguerra, todos iguales, porque había autarquía y no se podía otra cosa, y ésos sí que eran feos, de abuela.
H: En realidad Ikea lo que hace es copiar, copiar de Hábitat, de Roche-Bobois, que es internacional…
I: ¿No se pasará de moda comprar en Ikea?
H: No, porque ellos se van adaptando a lo nuevo que sale. Por ejemplo, ahora se lleva el look “tatoo”, lo irregular, la similitud con plantas, y hacen así los jarrones, los cojines, las cortinas… Siempre van un poco por detrás, pero lo suficiente para que la gente compre. Y su triunfo mundial es por la globalización, y la globalización no va a ir para atrás.
I: Llegará a ser cutre tener muebles de Ikea.
H: Ya lo es, pero todo el mundo los tiene.
I: Pero es cutre.
H: Sí, ahora lo que se ve en las revistas de decoración es “tal mueble hecho por el carpintero del pueblo”. Se valora lo único, original, lo caro de hacer.
I: En realidad eso no tendría por qué ser tan malo, quizá no. Me refiero a todos con los mismos muebles. Por ejemplo, si las lámparas las hacen en Marruecos, ¿no es mejor, medioambientalmente hablando, que se concentre toda la producción en una sola fábrica, en vez de tener, por ejemplo, sesenta fábricas? Aparte del tema del transporte, si eso no fuera el problema.
H: Sí, pero es que se van a países donde no hay leyes de protección de los trabajadores, y además se quedarían en paro los de las otras cincuenta y nueve fábricas.
I: Pero aparte de los trabajadores, medioambientalmente hablando.
H: Se van a países donde las leyes medioambientales son muy permisivas.
I: Vale.
10 comentarios
Air jordan shoes -
Nike Dunk Sb -
Blanca -
Iwi -
Brixta -
Yo no he tenido el bote ése ni las mesas nunca, ni se lo he visto a nadie que conozca. En mi círculo el producto que triunfa es el farolillo ése en el que le pones una vela (tea candle ¿?).
Iwi -
Mis mejores deseos para el montaje de tu casita y grandes dosis de paciencia. besos.
Salarino -
Iwi -
Mala, por ejemplo sofás (y sofás-cama) es el sitio donde más baratos están, las cosas como son. Malos son, pero hacen muy buen apaño.
Aún así, le tengo bastante manía a Ikea.
malayerba -
Yo tengo media mesita lack, antes podías comprarla así, triangular.La he pntado tantas veces según el color de la pared que ya no recuerdo el color original.Y también un sofá cama que me ha costado 99 euros.Total, para que el gato se afile las uñas...
macorina -
Oye, y qué bueno lo de 'Kitea'.
(Sí, un poco marujil el comment... es que no tengo la cabeza como para hablar de la globalización ahora)