La cafeína
Lo que hacen la felicidad y el buenrollismo que me acompañan últimamente. Creo que este mediodía ha sido la vez en que más me ha costado aparcar en Madrid, de todos los tiempos. He dado una vuelta de reconocimiento, sólo una, y he tardado una hora. Era imposible. Mientras conducía iba con mi música preferida a toda caña, canturreando y bailandillo. Me fijaba en todos los parkings, previendo el mal menor, y “completo”. Una hora. Pues no me he agobiado ni estresado, ya lo encontraría. Pero veía yo el buen tiempo que hacía, todos en manga corta, las terrazas tan apetecibles… y no me lo he pensado mucho: he cogido, he aparcado donde me ha dado la gana (por no decir otra expresión más malsonante), he puesto las intermitencias, me he sentado en una terracita y he pedido una caña. Así, porque yo lo valgo. He estado al sol, tranquilamente, mirando a la gente pasar, disfrutando de la temperatura y el momento. Cuando he terminado, después de haberme tomado mi tiempo, me he dirigido al coche y ya se acercaba el municipal, que me ha dicho que la próxima se lo lleva con la grúa, yo le he contestado “perdone”, por ser educada, y él me ha respondido “perdone no”, y me ha resbalado tanto que casi me da la risa. Me he contenido, he subido al coche, he arrancado y diez metros después un aparcamiento libre. Ja.
Y esta tarde he quedado para jugar con mi amiga Kirikita, de tres años, (sí, se puede tener una amiga de tres años), a contarle una vez más que el cuento de Cenicienta no acaba con que se casan, sino que se van de marcha, y gritar y volvernos locas haciendo de lobo y cerdito, intercambiando los papeles muertas de la risa.
Leía hace poco en la blog como otra cualquiera un proverbio japonés que dice que el tiempo que uno pasa riendo es tiempo que pasa con los dioses. Pues sí, estoy de acuerdo.
Quizá el carrito de la montaña rusa, una vez alcanzado el punto álgido, no tenga por qué bajar, quizá se desprenda de la maquinaria y se quede suspendido, arriba, por siempre flotando, como cuando sueño que el coche vuela, y yo ya no me tenga que preocupar más por gritar.
La vida fluye, y o atrapas el momento o lo pierdes.
Quizá haya un truco y yo no lo haya aprendido hasta ahora, quizá sea mi más viejo deseo aun sin saberlo, o quizá yo sea una ingenua de cojones.
Y esta tarde he quedado para jugar con mi amiga Kirikita, de tres años, (sí, se puede tener una amiga de tres años), a contarle una vez más que el cuento de Cenicienta no acaba con que se casan, sino que se van de marcha, y gritar y volvernos locas haciendo de lobo y cerdito, intercambiando los papeles muertas de la risa.
Leía hace poco en la blog como otra cualquiera un proverbio japonés que dice que el tiempo que uno pasa riendo es tiempo que pasa con los dioses. Pues sí, estoy de acuerdo.
Tengo momentos en los que voy conduciendo, a una velocidad agradable, constante, ligeramente acelerando, la ventanilla bajada y la música a tope, y me siento especialmente libre. A veces, sobre todo cuando llego al final de una cuesta arriba, puedo llegar a soñar que el coche vuela. La versión del anuncio de la mano de BMW pero a lo bestia. Cada uno tiene sus cosas, ¿no?
Quizá el carrito de la montaña rusa, una vez alcanzado el punto álgido, no tenga por qué bajar, quizá se desprenda de la maquinaria y se quede suspendido, arriba, por siempre flotando, como cuando sueño que el coche vuela, y yo ya no me tenga que preocupar más por gritar.
La vida fluye, y o atrapas el momento o lo pierdes.
Quizá haya un truco y yo no lo haya aprendido hasta ahora, quizá sea mi más viejo deseo aun sin saberlo, o quizá yo sea una ingenua de cojones.
¿Y a mí, que me gusta esta canción?: La Gaviota . (que no tiene nada que ver).
Aunque ésta otra, que siempre me perdió, probablemente sea más optimista.
5 comentarios
Laura -
sonia -
anita -
y.. la cafeina? jeje, es curioso el efecto que tiene en nuestro estado de ánimo lo que tomtamos.. a mí particularmente me fascina,pero serán cosas de la vocación, Sin ir más lejoss,hoy me he preguntado en uno de los muuuchos (más de los que debieran,ays, consecuencias colaterales de ser una flipada de la vida) momentos de distracción mental del día, por los efectos de la taurina a la que me estoy aficionando, que intuyo que no deben de ser muy buenos... pendiente una vueltecilla para ver qué hay de verdad en el tema.. ays, se me acumulan las cosas pendientes!
ays, qué alegría leer tu optimismo, es que a mí se me pega to rápido, tu ilusión, tu actitud ante las cosas, yo creo que eso es lo importante, lo verdaderamente esencial para todo...llevar puesto ese "puedo con todo", o, bueno, no sé si podré, pero sin miedo, ese fijarse más en lo positivo,en lo que se puede disfrutar, guiar esa atención selectiva hacia lo que nos hace disfrutar, porque al fin y al cabo cosas por las que amargarnos si nos fijamos solo en ellas va a haber siempre, pero es la actitud de ver lo modificable, lo cambiable.. lo avanzable, la que nos lleva a algo, la que nos conduce a crecer, a avanzar.. a disfrutar, sobre todo, a aprovechar este ratito que estamos por aquí :D
súbete, siempre que puedas, a ese vagón que no tiene por qué bajar, o sí, pero siempre se puede volver a volar :)
un besito, niña, una sonrisa, y un abrazo, ala. :p
macorina -
Brixta -
Me encantó y qué cierto: "o atrapas el momento o lo pierdes".
¡Esas terracitasssssssssssss! Ay, qué ganas. (Ya queda menos)
Un beso, Iwi