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Opinión

Chamusquina

No compro más EL PAÍÍÍS. No es que lo comprara mucho últimamente, efectos de internet, pero ya hoy ha sido la puntilla, la gota que colma el vaso. Ya se sabe, un día cualquiera, sin que haya pasado nada especial, de pronto, eres otra persona. Como cuando decides cortar con alguien.
Y lo que ha pasado es una tontería, pero definitiva.

 


 


Hoy domingo he estado leyendo prensa (digital) aquí y allá:

1) Rato

En El País dedican un artículo a Rodrigo Rato, en la edición impresa debe ocupar por lo menos tres páginas, un ratazo leyendo: se titula “Rodrigo Rato. Segunda parte

Empiezo a leer, a leer, a leer, y nunca llega la más mínima crítica seria (parece que te van a contar una cosa y luego te cuentan otra, -quintaesencia de la manipulación-). Sólo hacen metértelo por los ojos, además metértelo como alguien supone que se debe meter a un público de izquierdas: “vivó la contracultura de California”, “estudiante en Berkeley”, “quería ser un Kennedy” , “rompió su destino”, "adicto al rock" (acompañado de foto rollito guay ), era sssuperdivertido y la Botella lo prefería a él antes que a Aznar para bailar; mientras que Aznar era un provinciano retraído y desconfiado, él era vitalista, divertido, viajado…, y humano. Estrella del gobierno de Aznar, si no lo sucedió fue por las mezquindades internas. "Buen negociador", “el hombre del milagro”. (El milagro económico de Rato lo estoy viendo yo ahora, son los pinares que faltan en la costa, ahí está el milagro.) ¿Pero qué artículo es éste?, me pregunto. Continúa: “el financiero del planeta”, y ya el colmo, lo copio literal porque no tiene desperdicio: tras dejar el FMI “viajó a Camboya, donde su primo, el jesuita Kike Figaredo, realiza una gran labor social a favor de los afectados por la guerra y la pobreza en Battambang. Durante tres días, Rato, entusiasta del yoga y la filosofía oriental, se alojó en la austera rectoría del padre Figaredo; durmió siete horas seguidas (hacía meses que no lo conseguía), compartió jornadas con chavales incapacitados y habló con la gente”. ¿Pero qué rollo me están contando?, “un seductor”, “sabe más que nadie de política”, “un mago formando equipos”, “un hombre de acción”, “sabe guardar un secreto”, y todo en esta línea.
Y que estaba en contra de la Guerra de Irak, y entonces la mirada de Aznar fue "de tristeza definitiva". (arcada) Cojones, pues si lo estaba que lo hubiera dicho; no me creo nada.

No se me escapa un dato: íntimo amigo de Pablo Isla, consejero delegado de Zara (Inditex).
Pero sí se me escapa la intención última de este artículo, porque tiene una intención.


2) Inditex

La noticia más destacada en la sección de Tecnología en El País es la siguiente:

Zara Home empieza a vender a través de Internet: Ofrecerá un catálogo de 2.000 productos en catorce países europeos

Eso no es una noticia, es publicidad.


3) La beatificación

Me ha dado por comparar El País con Público. Tengo que decir, ante todo, que Público no me gusta mucho, me parece poco cuidado, mal escrito en general (sobre todo en la edición digital, ¿tan difícil es meterle un corrector que por lo menos te indique las palabras que has puesto juntas?) y sensacionalista a ratos.

El País: Proclamados beatos 498 religiosos españoles "mártires del siglo XX"
Contenido: Aséptico

Público:
Beatos con mensaje político
La homilía del acto en honor a los mártires atacó el matrimonio homosexual y Educación para la Ciudadanía (El País no menciona nada de esto, y me parece relativamente importante).
Tampoco menciona El País, ya dato con menor importancia, la presencia de banderas preconstitucionales ni el disgusto de los familiares por que aquello se hubiera convertido en “un circo”.
No os perdáis la foto .

De siempre se ha sabido que El País era de Prisa (difunto Polanco) y al son de quién bailaba, pero una se acostumbra a esas cosas, o por lo menos sabe a qué atenerse. Pero esto ya..., yo no sé.

 

Aquí y allá


 

A Al Gore le dan el Nobel de la Paz. ¿¿¿De la paz??? Está desprestigiadillo el premio últimamente, y quien dice de la paz dice de la recogida de gatos callejeros, pero aceptamos a Al Gore como… Nobel de la Paz.

Que el tipo tiene una casa que ríete tú de la calefacción de Esperanza Aguirre, que una vez fue candidato a presidente de EEUU y ésos, ya se sabe, buenos no son, algo esconden seguro, y que manda cojones que con la cantidad de gente que hay luchando por la causa, muchos desde hace décadas, él se lleve el mérito. Pero, bueno, hay que reconocer que ha sido de los que más han ayudado a concienciar a sectores que de otra forma no hubieran sido sensibles.

Más se lo merecen los del Panel de la ONU. Ésos sí. Lo que no se cuenta es que están desencantados de la vida, que no hacen sino echarse las manos a la cabeza mientras políticos de uno y otro país los ignoran como se ignora la alarma de un coche lejano.

Hasta ahora han presentado tres informes, el de 1990, 1996 y 2001, que contiene los datos con los que se está trabajando ahora (y ya ha llovido desde entonces –sobre todo eso-). En noviembre sale el nuevo informe. Tienen previsto cerrarlo en Valenciatierradelasflores, entre los días 12 y 16, con una reunión de los cuatro grupos de estudio. En los últimos años es cuando el calentamiento global se ha acentuado, se han mejorado las técnicas de medición y ha aumentado el número de gente dedicada a esta labor. Además de aportar datos más ajustados, se prevé que va a contener conclusiones con las que nos vamos a caer de culo.

 

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Desde la distancia me llegan ecos monárquicos:

es la Trotona I de Pontevedra y V de Ejpaña.

¿Se le ha ido la mano con el tinte del pelo o sólo me lo parece a mí?

En su línea de bombero pirómano ahora se dedica a mostrarnos a todos sus complejos. Ya lo decía Losantos. Ay, lagarto, lagarto.

Luego, leo por ahí estas cositas .

¿Cómo se dice? Convenío.


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Los Radiohead se deciden.

Disco gratis, te lo puedes bajar de su web oficial. Se paga la voluntad, como a los videntes. Tras esta decisión, muchos hablan de un antes y un después en la industria discográfica. Sí, ya lo hizo Prince con anterioridad, pero Prince siempre fue un excéntrico.


Mejor campaña de márketing no han podido hacer y nadie da duros a cuatro pesetas, ya lo recuperarán en conciertos y camisetas. Como tiene que ser.

Los voy a escuchar un ratito.

 

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Os dejo esta foto:



San Francisco vista desde el interior de la prisión de Alcatraz


Ya volví de San Francisco. Las últimas fotos, en mi página de Flickr .

No saco ninguna conclusión más, creo que ya di la vara lo suficiente con la ciudad.

Ahora a otra cosa. A celebrar.

 



¿Racismo? II, La otra cara

¿Racismo? II,  La otra cara Sobre si los inmigrantes son racistas.
Mi respuesta de antemano: los habrá que sí y los habrá que no, como todo.

A raíz de mi anterior post, estos últimos días yo misma he sacado el tema del racismo con diversas personas, para saber su opinión.

Son interesantes las opiniones a la contra, es decir, la que tenemos sobre el punto de vista de los inmigrantes o personas de otras etnias que se dedican a señalar su propia diferencia, y me he dado cuenta de que suele ser la chispa que prende la mecha, sólo nos hace falta la mínima para que saltemos como gatos escaldados, quizá con razón, quizá no.

Es difícil ponerse en el otro lugar.
Yo sólo una vez me sentí de manera ligeramente parecida a como se podría sentir un inmigrante aquí. Fue en Bélgica, una historia muy larga, sin papeles, sin dinero, y recuerdo que no fue nada nada agradable y que hubo un breve instante en que sentí odio por todos los hablantes de flamenco. De todas formas, no creo que sea suficiente como para ponerme en el pellejo de ellos.

Yo quería referirme a situaciones más triviales.

¿Es ser racista incidir en los episodios en los que personas de otras etnias han remarcado su condición ellos mismos? ¿Es observación y comentario o es excusa para defender tu propio racismo?

A. estaba en el Carrefour. Casi todas las cajeras son sudamericanas. A. estaba en la cola y delante de él había un tipo con el carro hasta los topes. A. la flipa cuando el tipo pasa por caja sólo cuatro o cinco productos y cuela el resto del carro sin pagar (evidentemente estaba compinchado con la cajera para robar esos productos), pero A. se calla, por prudencia. Cuando a A. le toca el turno, la cajera, en tono inquisitorial, le espeta: “¿Qué llevas ahí?, ¿qué llevas ahí?”, como si A. estuviera robando. Y A., que no llevaba nada, indignado, llama a la cajera “descarada” por haber mirado para otro lado con el tipo anterior y acusarlo a él falsamente. La cajera, más ofendida aún, le responde, a grito pelado, formando un gran escándalo, que “en su país ése era un insulto muy grave”, a lo que A. responde “que no está en su país, y que si va a otro país qué mínimo que aprenda las costumbres”. A. y la cajera acaban en trifulca que hace necesaria la intervención del guarda de seguridad y con A. jurando no volver a comprar en el Carrefour, que estaba lleno de latin kings.

M. fue a visitar a un amigo al hospital. Iban dos personas, pero según las normas sólo podía pasar una sola persona. El celador les pregunta dónde van, que sólo puede pasar una persona. En ese momento acababan de pasar diez gitanos (ya sabemos la costumbre de los gitanos de ir en masa a ver a sus enfermos –costumbre que no me parece nada mal, por cierto- y de lo que se “ofuscan” si no se les permite hacerlo, por lo que es de suponer que el celador, para evitar problemas, había hecho la vista gorda). M. le respondió al celador: “¿Y ésos?”. Le salta la gitana vieja: “Blablabla, ¡Racista!”, a lo que M. le responde: “Yo no he dicho que seáis gitanos, sino que sois diez”. Lo dejaron pasar, por si teníais curiosidad, pero M. se refiere a esta anécdota para recordar, quizá más de la cuenta, que los racistas son los otros.

Y más compleja y sutil es la historia de Analisa. Es brasileña, culta (licenciada en literatura) y le limpia la casa a mi madre.
Esto me lo contó mi hermana. A ella creo mucho no se la puede acusar de racista, su propio novio es colombiano, y vamos, que no lo es, aunque fuera el novio de Utrera. Creo que es interesante su opinión:
Dice, que en general (hablamos siempre en general…) los inmigrantes están acostumbrados a pagar por la vivienda un tanto por ciento de su sueldo muy inferior al que se paga en España (tampoco me extraña que les joda, lo que no es normal es lo de aquí). Dice que muchos se niegan a pagar más dinero de lo que consideran justo por una vivienda, aunque para ello tengan que vivir hacinados. (Están los que viven muchos juntos por necesidad e incluso los que son timados por sus propios compatriotas y pagan cantidades astronómicas por auténticos cuchitriles, y también sabemos que por ser inmigrantes tienen muchas más dificultades en poder alquilar un piso, lo sabemos, pero no se refiere a estos casos). Que gran parte de los que viven con más gente en una vivienda se podrían permitir vivir mejor, pero ellos eligen, por ejemplo, ahorrar para volver a su país (no hablamos de los que mantienen grandes familias en su país de origen, aunque incluso también de ellos) o simplemente no pagar ese exceso de precio. Yo le respondí que de acuerdo, pero que cada uno elige gastarse el dinero en lo que le da la gana, y que quizá ellos venían de países o de situaciones familiares en las que estaban más acostumbrados a vivir con más gente y no les molestaba tanto. Mi hermana dijo que claro, pero que luego se estaban quejando todo el día de que estaban hacinados porque eran inmigrantes, y que en general pobrecitos ellos que era inmigrantes.
Bueno, al menos éste es el caso de Analisa. Ella saca más de 2000 euros al mes limpiando cinco o seis casas, tiene un hijo, pero no tiene que mandar dinero a Brasil. Que sí, trabaja duro, pero como trabaja duro tanta gente. Paga 300 euros por las vivienda, 150 ella y 150 su hijo. Viven con seis personas más, y siempre se queja de no tiene intimidad en esa casa y que todos sus males son porque es inmigrante. Se queja, por ejemplo, de que Mustafa tiene que pasar por su habitación cada vez que va al baño (luego nos enteramos de que se acabó tirando al Mustafa, es lo que tiene el hacinamiento). Claramente se podría permitir vivir en una casa mejor, pero no lo hace porque no le da la gana.
Ella distingue siempre entre los que son inmigrantes y los que no los son. (“Pobrecito Joel, que es inmigrante, qué problemas tiene…”) Analisa es buena persona, a los inmigrantes siempre los va a visitar cuando están enfermos y cosas así. A mi hermana lo que le jode es que le tiene comida la cabeza a mi madre, y así le saca un montón de cosas, apelando al rollo de qué pena ella que es inmigrante. Te hace sentir mal. A mi hermana le jode también que a veces “presiona” para que le regalen cosas, y que una vez se lo das porque te apetece, comida que sabes que no te vas a poder comer antes de que se estropee o ropa que no te entra, pero dice que ya le insinúa que le regale cosas que ella no quiere darle, como una blusa que no le queda bien pero que mi hermana tiene la esperanza de ponerse algún día cuando adelgace.
Aún así, a pesar de estas cosas, Analisa nos cae bastante bien, y supongo que nosotros a ella, porque en su macrocumpleaños de tres días los únicos invitados que no eran inmigrantes eran mi hermana y mi madre.
Pero molesta su rollo victimista.

Familias normales

o Las mejores familias en las que todo pasa, que curiosamente siempre acaba siendo la nuestra.

Hace poco una amiga me hablaba de un noviete suyo, que no le terminaba de convencer porque su familia no era “muy normal”. Yo le pregunté qué familia era normal.
A las familias les podría aplicar ese dicho de que “todo el mundo es normal hasta que lo conoces”. Las familias aparentemente normales lo son hasta que las conoces en profundidad.

 


 

 

El mito de la familia feliz, ideal, que algunos nos creemos que son todas las demás menos la nuestra, es eso, un mito. Familias que, con muchos matices, puedan entrar en esa definición, son en esta sociedad las menos, y eso siendo generosos. ¿A cuántas conocéis? Tanto de las tradicionales como de las que no lo son tanto.
Yo a muy poquitas, por no decir ninguna. Alguna habrá, aunque ahora no se me ocurra. Y dentro de las aparentemente felices, ¿cuál conocemos lo suficientemente cerca como para poder afirmarlo con rotundidad?

Lleva bastante tiempo haciéndome gracia (bueno, gracia, me revienta el estómago, pero es por decir algo) cuando el Foro de la Familia, la Concapa y los de esa ralea, hablan de esa familia tan suya. No sólo porque se olviden de las demás familias, que en el fondo, en estos tiempos, son la mayoría, sino porque esas familias a las que se refieren, esa familia tradicional católica española, es lo más podrido que pueda existir. No entiendo cómo se pueden seguir aferrando a un modelo claramente incompatible con la sociedad occidental actual (que tiene fallos gigantescos, pero sobre la que no podemos poner en duda que supone un gran avance en libertades individuales sobre modelos anteriores).

La familia, esa familia de la que provenimos la gran mayoría de los españoles, es un asco (no quiere eso decir que las de los demás países no lo sean, simplemente no conozco esos otros modelos en profundidad, y las relaciones que entre sus miembros era habitual que se establecieran).
Además del legado heteropatriarcal común a todo nuestro entorno, gran culpa de ello, como toque local, por nuestra simpática historia reciente, la tiene el famoso “qué dirán” implantado hasta la médula en este país, detalles como que aquí no había divorcio, la anulación del diferente, la falta de libertad de expresión o la maldita carga de culpa que imprime la religión católica.

Me atrevo a afirmar que la familia tradicional española es disfuncional por antonomasia, porque disfuncionales no son sólo las familias en las que hay violencia física o verbal, abusos, drogas o prostitución.

Según el psicólogo John Bradshaw, las reglas de una familia disfuncional son:

  • Control. Se enseña a sus miembros a controlar los sentimientos y el comportamiento en todo momento. Este es el mecanismo de defensa más importante.
  • Perfeccionismo. Son familias cuyos miembros viven pendientes de la imagen. Se tiene que hacer todo “bien”. El miedo de no cumplir lo que se espera de nosotr@s es la motivación principal.
  • Culpabilizar. Cuando las cosas no salen como se planean, nos culpamos o culpamos a los otros. Esto mantiene el equilibrio de la familia disfuncional cuando no sirve el control.
  • No se puede hablar. Esta regla prohíbe la libre expresión de cualquier sentimiento, necesidad o deseo. Nadie habla de su soledad ni de sus problemas.
  • No se puede cometer errores. Éstos implican vulnerabilidad, y eso no se permite: hay que encubrir toda falta a como dé lugar, para no ser objeto de crítica.
  • No se puede confiar. No debemos esperar nada de las relaciones con los demás. Las personas no son confiables. Ni los padres ni los hijos tienen satisfechas sus propias necesidades. El círculo de desconfianza se perpetúa.


Echemos la vista atrás, hacia nuestra propia familia, o si la nuestra fuera muy peculiar o directamente “feliz” (con una historia tan blanca como los anuncios de detergente -enhorabuena en ese caso-), hacia cualquier otra cercana,
¿Cuántas familias no cubren, en algún sentido, alguno o todos los puntos expuestos?

En muchos casos, los individuos crecidos en este ambiente tendrán problemas en su vida futura, entre ellos, dificultades tanto con sus parejas como a la hora de educar a sus hijos. Es decir, del lastre no nos libramos en una generación así como así.

(Más sobre la familia)

Podría escribir sobre este tema largo y tendido, hay muchos puntos que tocar:

  • Aspectos tradicionales: la figura del “Elegido”: un hijo, hermano, familiar que se queda solter@ para cuidar a los padres ya mayores.
  • Familias en que la mitad de sus miembros no se hablan con la otra mitad, o directamente ninguno con ninguno… familias felices, cuanto más católicas más falsas, perdón, quería decir felices.
  • Sobre tópico y verdad: ¿quién es tu verdadera familia, los lazos de sangre o los que están contigo todos los días?
  • De cómo la familia ha pasado a ser nuclear (algo que sinceramente no me parece nada positivo, pero como está estructurada la sociedad actual no hay nada que hacer sobre ello).
Largo y tendido.

Aunque en todos lados deben de cocer habas:



 

Constatación

He intentado pasar por estas elecciones de puntillas. Desde que salió la primera encuesta y daban por vencedores a los de siempre, he hablado lo imprescindible del tema, sólo cuando las relaciones sociales (y aquí incluyo los blogs) me obligaban a ello. No he sacado el tema nunca. No puse la televisión los días clave. Afortunadamente a esta casa ha llegado la Wii en el mejor momento y nos hemos evadido completamente de cualquier noticia. Sólo existen Zelda, el mundo de las sombras, los corazones y las rupias.
Pero sé que el mundo exterior, el real, no desaparece.
Me gustaría ser de ésos a los que la política les da igual, pero no lo soy. Me gustaría no ser consciente de lo que suponen estas elecciones, no saber y no intuir. No ver el futuro más allá.

Me acabo de echar al chocolate (el de comer).

Mi imposibilidad para postear

Editado: 

 

 

Manu Chao - Mentira

De la una no puedo hablar, que no es elegante ni conveniente, de la otra tampoco, no vaya a ser que se entere la gente de su marca de tinte, de la tercera menos, no queramos joderla, el otro se muere si lo hago, y no queremos funerales. A Nay lo traigo frito, angelito, lo voy a dejar ya. De mis compañeros, tres cuartos de lo mismo, que miedo me da el día que descubran mi blog. Tanta vida no tengo. Estoy cohibida, yo así no puedo. ¿Por qué no podré ser como Omanero , que hace unos posts que te cagas sin necesidad de contar su intimidad ni la del vecino? Tengo la sensación de que me vuelvo transparente.

Digo, pues nada, reelaboro un texto antiguo, ¡pero si los he perdido todos!
Luego, sólo se me ocurren cosas escabrosas. Todo lo que no puedo hacer, como el post del sábado, que lo cerré a comments porque pensaba eliminarlo (para no tener que borrar luego los comments de nadie). (A ver, una cosa es una cosa y otra cavarme mi propia tumba dejando por escrito cosas que luego puedan ser utilizadas en mi contra).
Hice la prueba con Kirikita, de tres años, para estudiar el tema de si te prohiben una cosa la vuelve más atractiva, y efectivamente, es innato. Puse una silla en un pasillo por el que nunca se pasa y le dije: “por ahí no se puede pasar”, y un minuto después estaba la niña andando de puntillas hacia el punto prohibido. Pues lo mismo me pasa a mí con los temas inconvenientes.

Así que… tenemos dos opciones:
a) hablo de las mis películas favoritas de todos los tiempos, que es un tema en el que todo es empezar porque enseguida me emociono y no paro. ¿Quizá en otro momento?
b) os cuento mi día, que ha sido normal, por la mañana he llegado tarde a todas mis citas, he cocinado una nueva receta que me ha salido regular, y visto lo poco interesante que está la tele me he puesto a escribir, por hacer algo.
Y ya, ya, que no hay necesidad de escribir tampoco, pero es que yo tengo ganas de hacerlo.
Bueno, no me hagáis caso.
También puedo comentar las noticias:
cae la bolsa y las inmobiliarias se descalabran.

Todo el mundo se pregunta si es el fin de la burbuja inmobiliaria. Yo creo que eso da igual, a estas alturas el fin de la burbuja no beneficia a nadie, y que los pisos estén más baratos (ligeramente, no nos engañemos), no nos saca de nada, porque el que se podía embarcar ya está metido en una hipoteca de por vida. Por eso ha caído la bolsa, y no sólo por los frenos a la especulación por parte de las comunidades autónomas (el poder de las inmobiliarias, que es muchísimo, está perdiendo frente al poder público; un poco tarde, quizá, pero está ocurriendo) ni los intentos de la UE de controlar la inflación subiendo los tipos de interés, sino porque ya apenas queda gente a la que pillar.

Sospecho que esto es sólo el principio de un bache en la economía bastante chungo. Ahora la gente al paro, y de rebote en los demás sectores. No se puede basar la economía de un país en la construcción, y menos con los tiempos que corren. La construcción, tal como se lleva a cabo ahora mismo, es completamente contaminante y lesiva para el medio ambiente.
Por mí, a ver si caen y revientan todos, y aprovechando el bajón se nos ocurre entre todos una economía sostenible y menos dañina para el medio.
Decía Zaplana, muy indignado, que ahora al gobierno no le iba bien ni en economía, blablabla… (primero, da por hecho que antes sí le iba bien, pero aparte, se veía que le afectaba en lo íntimo, ese hombre sólo puede ver la economía en términos de beneficio económico, ¿y el coste social y medioambiental?).

Lo de siempre. Vaya mierda de capitalismo, y de mundo. A ver cómo cambiamos esto, que una mano de pintura no tapa las grietas y se nos cae el chiringuito, se nos cae…

Hala, ya me he desahogado. Sonriente

Consumo estratégico: cómo cambiar el mundo con lo que compras.

Consumo estratégico: cómo cambiar el mundo con lo que compras.
Compra un futuro mejor

(Resumen del artículo publicado por Alex Steffen, mi optimista gurú del cambio climático, el 26 de marzo, en www.worldchanging.com)

Siento la redacción un poco básica y patatera, no tengo mucho tiempo, pero me parecen unas opiniones interesantes y quería dejarlas aquí para la reflexión durante estos días. La cosa es quedarse con la idea.

El fin de semana pasado se celebró en Vancouver EP!C , una expo sobre la sostenibilidad.

Éstas son las impresiones de Alex Steffen tras la misma:


No se puede comprar un futuro mejor, no ése verde brillante que todos deseamos (uno sostenible, es decir, un futuro que tenga futuro en sí mismo), no importa el dinero que estés dispuesto a gastar.
Puedes hacer esfuerzos heroicos, pero por el momento es imposible llevar un estilo de vida de consumidor norteamericano y no dañar el medio ambiente.

Puedes comprar sólo comida ecológica, productos reciclados y vestir fibras naturales, que no llegarás al objetivo. Puedes incluso cambiar tu coche por uno híbrido, disponer de depósitos de agua de lluvia y hacer funcionar tus aparatos eléctricos con un molino de viento, y aún así no llegarás. Todo debido a que la basura asociada con el consumismo es masiva y porque los sistemas fuera de tu control de los que dependes directamente (desde las carreteras locales, pasando por el ejército, hasta las líneas de montaje de tu coche, tus depósitos de agua y tu molino de viento) son todavía profundamente insostenibles. No puedes comprar la reducción de tu huella ecológica, lo más que puedes hacer es empujar al mercado en esa dirección.

La realidad es que tan sólo un cambio masivo del sistema nos ofrece la oportunidad de evitar las catástrofes que se avecinan. Las cremas exfoliantes naturales no producen realmente mucho cambio en el mismo. De hecho, la gran mayoría de los productos verdes que nos rodean son, como mucho, una forma de publicidad de la idea de que deberíamos vivir de una manera sostenible, una especie de terapia al ir de compras para la culpa ecológica.

Hubo un tiempo muy divertido cuando reclamábamos que ecología y diseño podían ser sinónimos, pero eso fue hace una década, cuando sabíamos menos y podíamos hacer menos. Ahora el boom de los productos verdes está ocultando el mensaje más importante de todos:  el producto más sostenible es el que no compras.
 

¿Deberíamos abandonar la idea de emplear nuestro dinero en productos que puedan hacer algún bien? Absolutamente no, pero necesitamos empezar a hacerlo mejor y comprar de manera que produzca impacto. Necesitamos empezar a practicar el consumo estratégico.

¿Qué hace que un consumo sea estratégico? La multiplicidad de niveles.
Lo ideal es comprar productos que no sólo cumplan su objetivo de manera más sostenible, sino mandar al mercado señales que, a través de la economía, se traduzcan en unos cambios del sistema más significativos.

Si queremos ver estos cambios, deberíamos seguir cinco estrategias, ordenadas por orden de importancia:

1) Por defecto, verde
Cuando existan alternativas relativamente equivalentes, por rutina elegir siempre la que sea más verde, incluso si su impacto es mínimamente menor (por ejemplo, elegir papel higiénico reciclado siempre que sea posible). Esto no producirá un cambio masivo, pero ayuda a consolidar las ganancias de los productos verdes.
También deberíamos esforzarnos para conseguir que los productos claramente nocivos para el medio ambiente, como las maderas cortadas directamente de bosques tropicales o los productos de limpieza del hogar con contenidos químicos altamente tóxicos, no se compraran nunca. Eso sería una señal clara al mercado.

2) Ampliar nuestros horizontes temporales
Un gran número de productos verdes aparentemente más caros son buenas inversiones vistos desde la perspectiva del coste a largo plazo. Esto se puede aplicar desde a electrodomésticos (que se amortizarán por el ahorro de electricidad) hasta las alcachofas de las duchas con menor caudal. Éstos son productos de peso, que requieren una inversión industrial importante en su manufactura.
Comprarlos representa una sabia inversión y acelera el proceso de adopción de estándares cada vez más altos.

3) Todo el mundo puede hacer algo
Hay que procurar ser verdes en todos los espacios y aspectos de la vida. Da igual la ocupación, seguro que en el trabajo o hobby todo el mundo puede hacer algo. Cada persona es importante en sí misma, cada idea cuenta.

4) Ser verdaderamente estratégicos
La basura que genera la tecnología representa un problema medioambiental de grandes dimensiones. La investigación en tecnología verde supone una gran inversión, y si el público lo agradece decantándose por esos productos hará que se siga investigando.

5) Inclinar el campo de juego
Si queremos que ocurra un cambio grande, tenemos que comprometernos con movimientos que presionen el comportamiento de empresas e instituciones. Hay que pedir mejores políticas de regulación, invertir en compañías responsables, boicotear a los que se salten las normas, destruir o fortalecer marcas e influir en los medios.

Anuncios sexistas

Dice mi compañero de piso que el último anuncio del teléfono rojo de los seguros de coches es sexista, y creo que tiene razón. Dice que, si se descartó el de Burguer King en que había hombres que gritaban y decía algo así como "hombres de verdad" por sexista, se debería prohibir éste y también creo que tiene razón, pero no por el hecho de que se afirme que las mujeres conducimos mejor. En este punto discrepamos y casi nos enganchamos por primera vez.

Después de haberme pasado años diciendo que hombres y mujeres conducíamos igual, me harté y, ¿qué coño?, si estadísticamente las mujeres tienen menos accidentes, pues las mujeres conducen mejor, y para mí este hecho es incontestable, será por lo que sea pero me parece el mejor baremo, lo demás son especulaciones. El anuncio es sexista no por esta afirmación, sino por la imagen en que una mujer corta con un cuchillo un pepino enorme, por violenta e innecesaria.

No pretendo entrar en polémica, de hecho ésta en concreto me aburre sobremanera, más vieja y más tonta no puede ser, pero quería hacerlo notar, que sexismos los mínimos.

 

Casas pasivas

Tras la asunción por parte de los gobiernos europeos del informe económico Stern es evidente la necesidad de tomar medidas urgentes en relación con el cambio climático. Una de ellas debería ser en el sector de la construcción (con la construcción hemos topado).

Es necesario imponer medidas estrictas en la eficiencia energética en todas las reformas de viviendas, obligar a los propietarios a que sus propiedades sean eficientes energéticamente, según unos estándares establecidos para poder alquilarlas, y asegurar que todos los edificios nuevos se construyan siguiendo diseños para que sean sostenibles ecológicamente.

Entre las diferentes soluciones que se están gestando para este último punto, la que toma la delantera es la llamada casa pasiva, en especial el estándar alemán Passivhaus.

Existen otros estándares, como el suizo MINERGIE o el CasaClima , de la provincia italiana de Bolzano-Alto Adagio.

 


 

Parece que en español se va a quedar con ese nombre, casa pasiva , ya que es el que se está utilizando por la UE , ultimo promotor de la idea.

Las casas pasivas son viviendas con bajo consumo de energía. Mantienen condiciones interiores de confort sin necesidad de sistemas convencionales de calefacción. El calor que desprenden las personas (100W), electrodomésticos, aporte solar, etc. es suficiente en teoría.

Para cumplir con el actual Estándar Passive House, las viviendas incorporan cuatro principios generales, que brevemente son:

1. Cerramientos altamente aislados
2. Eliminación de puentes térmicos
3. Infiltraciones muy reducidas
4. Recuperadores de calor para el aire extraído de la vivienda

La característica esencial es que la demanda anual del edificio en la zona acondicionada para calefacción no sea superior a 15 kWh/(m²a). De esta forma, las casas pasivas consumen un 85 % menos de energía en calefacción que las viviendas construidas siguiendo la vigente normativa alemana de edificación. (Si funcionan en Alemania tienen que funcionar aquí, que hace menos frío).

En Europa ya más de 5.000 casas pasivas han sido construidas con éxito.

 


 

Son casas que salen más caras (sobre un 5-10%), pero se supone que existe amortización teniendo en cuenta que se pagarán unas facturas de electricidad y calefacción ridículas para lo que estamos acostumbrados.

La mayor parte de casas pasivas están situadas en Austria, Alemania, norte de Francia, Suecia y Suiza. Hay algunas viviendas que responden al Estándar Passive House en el norte de Italia, pero éstas están principalmente en la región montañosa de Alto Adigio-Trentino, que sigue teniendo carga de calefacción dominante.

Las casas del sur de Europa hacen casi más gasto por refrigeración en verano que por calefacción, por lo que la idea es adaptar el diseño a esa necesidad. El problema es controlar el posible sobrecalentamiento y, en la práctica, que actualmente hay una falta de disponibilidad de materiales y contratistas especializados.

 


 

Y ahora, visto lo visto, y conociendo la urgencia de la toma de medidas para ralentizar el cambio climático, ¿qué hacemos que no se paran los proyectos de casas por construir (todavía cientos de miles en toda España) y se adaptan a estos nuevos diseños? No digo las que ya estén en construcción, sino los proyectos. ¿Qué hace el gobierno español que no impone un estándar sostenible (el que sea, -quede claro que el estándar debe ser propio de cada país, que no es lo mismo Córdoba que Helsinki-)? ¿O estamos esperando a que en Bruselas decidan la obligatoriedad para luego remolonear en su aplicación, como siempre?

El Ministerio de la vivienda flaquea, flaquea… A lo más que llega es a esto , y a mí no me parece suficiente, están “estudiando” para “preparar” un Plan Nacional de edificación sostenible. ¿Para cuándo? ¿Y lo que se está construyendo ya, que es lo más grande?

Debería estar funcionando ya, y trabajando a marchas forzadas, una Comisión de arquitectos e ingenieros debatiendo sobre el estándar más adecuado para el clima de España.

Con la construcción hemos topado. No hay que olvidar que esto encarece la fase de construcción de las viviendas y que las hipotecas están cada día más altas. Quizá ya no sería tan buen negocio ése que es el motor de la economía española y quizá los arquitectos e ingenieros no están tan interesados en morder la mano que les da de comer.

 

 

Algunos enlaces interesantes:

 

 

El niño de las pinturas

Sonando: Antony and the Johnsons – Perfect Day

 

El paisaje de Granada lleva seis años salpicado de graffitis de El niño de las pinturas (también llamado Sex, -Raúl-), que vienen y van. Cuando pinta algo nuevo se corre la voz, y se lanzan todos a verlo y los de las cámaras a inmortalizarlo. Gusta mucho.

 

Su temas recurrentes son los niños, la denuncia social, la soledad del hombre occidental, el conflicto oriente-occidente. A veces incorpora textos. Lo tiene todo, un estilo propio, sensibilidad y conciencia social. Es mi artista graffitero favorito.

 


 

Artículo

Página flickr sobre su reciente viaje a Venezuela

 

 

Estos dos graffitis acompañaron muchos días mi camino hacia la facultad, haciendo que fuera más agradable y "segismundeara" mientras esquivaba a la gente :

El segundo, del que más me acuerdo, se fue destruyendo poco a poco, mientras se completaba una obra del centro, hasta que desapareció por completo.


 

Pintura de camiones con ayuda para la gente del Sahara:

 


Otros ejemplos de su obra:

 

 




 

Para el enfermo mental del troll

Chulo < pincha en el icono

Regina Spektor

Regina Spektor – Us

A Regina Spektor la conocimos Abejita y yo este verano, un ratito de nada, pero sí. Nos hizo ilusión. Siempre decimos que se hará muy famosa. De hecho acaban de incluir una de sus canciones en un capítulo de Anatomía de Grey y otro de CSI, así que parece que sí.

La descubrimos por casualidad tonteando en el myspace . No suena mal, no suena mal… y nos empezamos a bajar canciones, visitar su página oficial, a bajarnos discos enteros, a llevarla en el coche, a aprendernos sus canciones, a tener favoritas…

Somos sus fans. Bueno, es que la Regina… es tan mona…

Y cuando nos enteramos que venía a España no nos pudimos resistir.

La cosa fue así:

Daba su primer concierto en España, en Madrid, en la sala Moby Dick. En realidad ya teníamos planeado ir a Madrid para el Summercase, así que fue una buenísima noticia cuando nos dimos cuenta de que su concierto era sólo un día antes.

Total, llegamos al local. Ponían pintas, y recordando nuestros tiempos británicos nos pedimos unas. La cosa tardaba, otra pinta… Por lo que fuese el concierto empezó bastante más tarde de lo previsto. Antes tocaba un telonero, Only Son, simpático pero penco. Otra pinta… se hacía de rogar… Nos hicimos amigas de unas cinco o seis chicas de NY que conocían sus canciones.

Hasta que llegó, genial y maravillosa. En serio. Permitía interactuar y pedir canciones. Estuvo estupenda. Lo único malo es que pidió que no se fumara, pero bueno.

Abejita les decía a las americanas, pídele esta, pídele la otra, a vosotras que os entiende mejor. Éramos cuatro gatos y la Regina no podía evitar escucharnos y hacernos caso. Vamos, no es por nada, pero acaparamos el concierto, prácticamente nos cantó a nosotras, que estábamos pletóricas.

El concierto duró sólo una hora, pero es que había empezado muy tarde.

Cuando acabó nos salimos a la calle, y allí estaba ella, hablando con una gente. Y Abejita, como no tiene vergüenza ninguna, ni sobria ni borracha, allá que se fue, enflechada. Acaparó tanto la conversación (con su inglés patatero, cuando le da la gana sí que se hace entender) que acabó echando a la otra gente y nos entregamos a un interrogatorio que parecía del tercer grado, ¿y por qué en esta canción dices esto? ¿y quien es Marian –una que en una canción llama puta repetidamente-? La Regina no daba crédito, aunque se reía un montón y nos respondía a todo. Abejita, en todo su esplendor, le regañaba: “No, escribe bien el autógrafo, que no has puesto esto o lo otro” (Yo, para mis adentros, pensando “cómo se pasa…”) (al final el autógrafo parece una carta – y tiene dibujitos-). Lo que digo, la Regina acabó encantada, emocionada diría yo, y nosotras más.

Mola ser fan por un rato, sobre todo cuando eres prácticamente la única.

¿Y lo que mola más? Tener de vez en cuando, todavía, entusiasmo por algo.

Tengo un vídeo de la actuación grabado en el móvil, que está muy bien, y fotos de la ocasión, pero como no lo sé descargar del móvil… ahí están.

Atención: Escribiendo este post y buscando los links para que os enteraseis del tema me encuentro con esta crónica de su concierto en el Moby Dick.

(No os creáis lo que dice el crítico de que se exhibía mucho o que le falta tiempo para ser de las grandes -es muy joven, coño-, el que la ha escrito no sabe bien de qué va su rollo.)

Cuando dice: “Fue significativo que al final del concierto una chica exclamase: "Es una diosa", porque el recital de Regina Spektor tenía algo de diva, en el sentido de que se preocupaba antes de sorprender y engatusar con trucos algo caprichosos de cambios de ritmo y juegos con la voz que por una experiencia autenticamente musical.” (a mí me pareció muy musical, el de la crítica no tiene ni idea, no es nuestra culpa que él esperase un concierto de jazz). Bueno, pues la chica que dijo eso era… Abejita, of course, juas juas juas, y cuando habla del grupito de norteamericanas, ésas eran de las que nos hicimos amigas, si éramos cuatro gatos...

Nos lo pasamos genial.

¿Quién nos lo iba a decir?

El vídeo de Marina D´Horror que censuró Youtube hace poco:

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El 3 de noviembre se estrena en España la película “Una verdad incómoda” , sobre el calentamiento global y la labor de Al Gore al respecto (parece muy personalista, pero buena es, - yo la pienso ver- ).

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¿Os acordáis en el colegio cuando estudiábamos… Ciencias Sociales y Ciencias Naturales…? (seguro que los que me leen son más o menos de esa quinta también)

Bueno, Geografía. Los tipos de bosques, climas…

Piensas que las cosas son de una manera, que ciertos parámetros del mundo son inamovibles, y no. ¿Quién nos iba a decir que nos tocaría vivir esto? A nosotros y a la mayor parte de la humanidad, porque como recogía el artículo que colgué hace un mes ha nacido más gente desde 1950 que “durante los cuatro millones de años transcurridos desde que nuestros ancestros se pusieron de pie por primera vez”, y algunos demógrafos opinan que ahora hay más gente viva que gente ha vivido nunca, que por primera vez desde que bajamos de los árboles, los vivos sobrepasan a los muertos.

Hemos roto el equilibrio. Nos lo hemos cargado y la mayor parte de nosotros estamos vivos para verlo. ¿Tantos años de evolución para esto?

Somos una especie que está loca perdida, ninguna otra destruye el medio del cual depende (claro que pocas matan también a sus congéneres). Pero no me gustan los discursos que van por esos derroteros. Ya sabemos que el hombre es capaz de lo peor, pero también de grandes cosas, y una de ellas podría ser recomponer lo dañado. La naturaleza está deseando colaborar. Ahora toca una revolución energética, queramos o no.

Empieza a haber gente que está cansada de que se hable del tema medioambiental. Por desgracia eso es lo que nos queda, cada día se podrá esconder menos la cabeza bajo la arena.

A partir de ahora, y ad infinitum, nos toca ver, en este mundo globalizado, como parcelita a parcelita, se destruye la naturaleza tal como la conocemos. Hoy una playa, mañana un coral, especies que desaparecen, otras que ocupan lugares que no les correspondían, enfermedades, cosechas destruidas y sus consecuencias, pobreza y desgracias. Unos se concienciarán a fuerza de sufrirlo en carne propia, otros a través de la televisión. No soy catastrofista, mucho menos apocalíptica, me defino como optimista, pero no se pueden negar las evidencias.

Ahora sólo queda que sea lo menos grave posible, e individualmente hay tres acciones ineludibles:

1) Personal, de adopción de medidas ecológicas y gasto de nuestro dinero en cosas que contribuyan lo menos posible al deterioro del medio

2) Responsabilidad de concienciación de los que te rodean y educación de los niños en el respeto a la naturaleza

3) Exigencia a los gobiernos para que adopten medidas ecológicas drásticas

Si no lo haces, estás traicionando al mundo, a la vida y a lo que supone que hacemos sobre esta tierra.

 

 

Piratear de internet: música sí, pelis no tanto

Los Flechazos - Suzette

Los tiempos cambian, las costumbres, las tecnologías, y los soportes musicales también.

Argumentan los detractores de la descarga gratuita de música por internet que los artistas perderán tanto dinero que no serán capaces de vivir de su trabajo. Mentira.

Que canten, que a eso se dedican, ¿no? Que vivan de los conciertos. ¿O antes de la existencia de los discos, o de que estos fueran rentables, no había músicos que vivían de su trabajo?

Internet debería servir para popularizar artistas y sus canciones, fama que luego aprovecharían para llenar sus conciertos .

Nos ahorraremos esas malas voces disimuladas por la tecnología.

Por desgracia, esta teoría no se puede aplicar a las películas, normalmente su uso se limita a una visión y no hay espectáculo en directo.

Ni decir tiene que estoy en contra de comprar en los top manta porque eso favorece a las mafias, con todo lo que ello conlleva. Ni porque ayude al que te vende, que no.

Hay otro factor, novedoso, que hemos de tener en cuenta, y que habla a favor de la descarga de música por internet: es más ecológico. Ahorra en material, en generación de basuras, y elimina los costes de distribución en términos de consumo de carburante (todo esto si lo que se descarga de internet no se graba luego en un cd virgen, claro).

Cierto que el uso de ordenadores también consume energía y genera basura, pero cada día se hacen más avances en electrónica verde y reciclaje.

 

El laberinto del fauno

Ayer fuimos a ver “El laberinto del Fauno”. Cuando volvimos hicimos una crítica conjunta, que se puede leer aquí.

En resumen: por desgracia, no merece la pena ir a verla, es decepcionante, por lo que no pasa nada si leéis el argumento.

Granada

Se nota que vengo de Granada, he estado redescubriéndola y confirmando que me encanta, aunque tampoco para vivir allí toda la vida. He conocido gente muy interesante este fin de semana y creo que todo ha ido bastante bien.

No es nada nuevo si digo que Granada tiene mucha vida estudiantil, lo que conlleva una estupenda vida nocturna. Como yo a Granada he ido y he vuelto en diversas etapas de vida, y ahora la visito con mucha frecuencia, he podido ver un poquito su evolución.

Desde siempre, incluidos mis primeros años, la zona de marcha oficial ha sido la Calle Pedro Antonio de Alarcón (popularmente llamada “Pedro Antonio”, –ejemplo, “vengo de Pedro Antonio”, y alomejor vienes de un bar de tapas de una calle perpendicular- ), acondicionada a través de los años con todo tipo de bares y puestos de comida rápida abiertos casi toda la noche y tiendas de frutos secos en las que también venden alcohol –llamadas 24 horas en Granada y “chinos” en Madrid y ya “chinos” dicho por casi todos-).

A principios de los noventa empezó a ponerse de moda la zona de Calle Elvira, con un ambiente más heterogéneo. El bullicio atraía. A finales de los noventa un sábado por la noche apenas podías andar por calle Elvira de la cantidad de gente que había. La zona nueva era más pequeña que la anterior. Los vecinos empezaron a protestar, el ayuntamiento decidió no dar más licencias de bares en esa zona y no había tantos sitios para comer a determinadas horas (a pesar de ser la zona precursora de los kebabs, establecimientos que en Granada tienen solera).

Los fines de semana se ponía imposible.

Pedro Antonio empezó a despoblarse por las noches, muchos bares y tiendas tuvieron que cerrar, aunque casi todos los buenos quedaron.

Ahora Pedro Antonio está reviviendo, con gente nueva, sin hacer que decaiga Calle Elvira, que es lo mejor. Sigo siendo de Calle Elvira, además de porque estaba cerca de donde siempre he vivido en Granada, porque es por donde están los bares de ambiente.

No está mal el ambiente en Granada, aunque yo salga poco por él. Es una ciudad lo suficientemente pequeña como para que los habituales parezcan vivir en un corro de vecinas, pero aún así me gusta más incluso que el de ciudades más grandes como Madrid y Málaga-Torremolinos.

Es porque tiene el plus de los bares de ambiente de tapas gratis: La Tortuga, El Espejo, Candela, Reca… y el Botánico, que aunque ellos dicen que no son del ambiente lo son y ponen tapa (aparte de su magnífico restaurante). Son bares que abren a mediodía también, o abren temprano por la tarde o te permiten quedarte charlando y bebiendo hasta tarde pero sin necesidad de trasnochar tanto. Bares de todo tipo en los que hablar, beber lo que quieras y comer gratis.

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“Perdón por la Alhambra”, le decía Sabina a Aznar el domingo en su concierto en Granada, entre speech y speech, todos muy emotivos, y la gente le vitoreaba.

Está cascao… Sabina, digo. El sábado, todos en el Palacio de Deportes, la organización decía que tenía la tensión alta y que el concierto se aplazaba al domingo. Os podéis imaginar la tónica de los comentarios y el choteo general. Pero Granada es reducto de su mejor grupo de fanes (o “fans”), muchos de los pueblos de Jaén (Sabina es de Úbeda), y se lo perdonan todo.

El domingo, con calculo un 30% menos de público, Sabina se mantuvo digno, dos horas y pico de concierto. En varias ocasiones el público llegó a cantar canciones casi enteras, y luego se aplaudía a sí mismo. Salió Miguel Ríos a cantar con él dos canciones. Sabina, levantado por sus músicos, se esforzaba. Los fanes salieron contentos.

Política

Vaya semana: 

Política internacional:

Bush legaliza la tortura y se descubre que impidió el acceso de la prensa a un informe científico.

El año que viene el Tribunal Supremo de EEUU decidirá sobre casos de aborto, medio ambiente y racismo en las escuelas. La mayoría del Tribunal se sitúa en la línea ideológica de Bush.

Sobre Bush se dice que Kissinger le susurra al oído y que ahora le conviene mostrar mano dura por la cercanía de las elecciones.  

Pero bueno, yo siempre digo que la solución vendrá desde dentro del propio Estados Unidos. La aventura de Irak va de mal en peor y cada vez hay más descontento por multitud de temas.

 Y en el tema medioambiental, por desgracia, el cambio climático acaba convenciendo por sí solo. Disponemos de las tecnologías necesarias para combatirlo, pero falta el pueblo americano demandándolas (supone el 4% de la población global y es responsable del 22% de las emisiones de CO2), porque los europeos no lo están haciendo tan mal (los españoles a la cola, para variar).  

 

Hoy se ha aprobado en el Senado de Estados Unidos el presupuesto de defensa para el próximo año: 70 billones de dólares para las guerras de Iraq y Afganistán y 463 billones para el programa de defensa. *billones de los americanos, supongo, espero.

Política nacional:

Me encanta la frase: “en el curso del interrogatorio la perito se derrumbó y admitió que esta versión era falsa”. Es tan… de película. Me lo imagino ahí, en plan película clásica de cine negro. Ella, entre la culpa y la presión, dudando si contarlo.

Hachazo para El Mundo, cómo me alegro. 

Política hogareña:

Gran semana de reuniones familiares, y todavía quedan días.

¡Vuelvo el domingo!

Gibraltar

Gibraltar

Nací a unos… ¿500 metros? de la frontera con Gibraltar. El peñón es mi vista del horizonte más cierta, más segura. Peñón, agua y África detrás. Así durante dieciocho años.

Gibraltar es ropa y chocolatinas, ummm, y bragas originales y baratas. De más mayor alcohol, gasolina y tabaco. Chocolatinas siempre. Cuando tomé conciencia del problema apoyé el boicot comercial (menos para las chocolatinas y las bragas), aunque nunca fui capaz de cumplirlo del todo.

Gibraltar es feo y sucio, siempre desaconsejo su visita a los que vienen de fuera. La molestia del tránsito por la frontera hace que no merezca la pena en absoluto. Lo único interesante es observar la convivencia de diferentes culturas (judíos, indios y cristianos, ejemplar) y el dialecto particular que han desarrollado (vas a preguntar si ha llegado la pieza del coche que esperabas y: “Sorry, but el mushasho is not here”). No es spanglish como lo conocemos, es llanito y sigue sus propias normas no escritas, muy lógicas por otra parte, que descubres cuando te habitúas, (porque el spanglish es mezcla de inglés internacional y español estándar, y el llanito de inglés BBC y andaluz, no es lo mismo, hay que saber).

Una de mis mejores amigas es de allí. Me encanta ir a comer a casa de su madre, la cocina tradicional gibraltareña es espectacular. Son listos, y se han quedado lo mejor de ambas partes, sin menospreciar la influencia italiana (de Génova y Malta) y la judía, que son casi tan importante como las otras (en la influencia inglesa incorporo la hindú de rebote).

Lo malo de los llanitos es que muchas veces hacen gala de un complejo de superioridad, por hablar dos idiomas (mal los dos, -son básicamente comerciantes, allí la cultura brilla por su ausencia-), que veo injustificado.

Los gibraltareños tienen un morro… pero un morro… Apenas pagan impuestos, pero luego los niños estudian en las universidades españolas y ellos van a los hospitales españoles, con lo que el sistema sanitario de la zona está sobrecargado (a lo que hay que añadir los miles de turistas veraniegos y los residentes extranjeros). Como tienen bastante dinero, casi todos tienen segunda vivienda en la costa (contribuyendo a incrementar los precios). Pero lo realmente grave, no lo olvidemos, es que es un paraíso fiscal.

Cuando la gente decía “Gibraltar español”, “vamos a cerrar la frontera, que se pudran ahí dentro”, etc. (los llanitos no caen muy bien en el resto de las poblaciones vecinas), yo siempre decía: “nooo, vamos a absorberlos, que son pocos”. Siempre he visto tan clara la solución… tiene que ser práctica, no política de alto nivel, no de soberanía.

Lo de la solución al problema de que es paraíso fiscal caerá por su propio peso, espero, ayudado por las leyes europeas.

27.000 habitantes (muchos más en la práctica), han logrado crear una cultura propia y peculiar, no lo niego, y si quieren conservarla que la conserven, pero no comparto que se tenga que hacer al amparo del dinero de los impuestos de otros ni al del dinero negro internacional. Es una pena que se vayan a perder algunas de sus costumbres, pero son demasiado pocos, me temo.

La “absorción”, como yo la llamo, no es cosa de un día, sino de un par de generaciones, pero por el camino que llevábamos no íbamos a ninguna parte, sólo a generar más rencillas y desconfianza. Ahora sí, POR FIN, con el nuevo acuerdo, se dan pasos adelante. Para mi gusto es el acuerdo más favorable a ESPAÑA en toda la historia. Lo de compartir el aeropuerto es lo mejor.

Que a mí me da igual que sean de España o no, como si a mí me quieren llamar gibraltareña… (que encantada), pero es que no es justo, no vale no pagar nada y aprovecharse de todo (con razón no quieren ser españoles ni a la de tres), y no vale vivir a costa de bancos que amparan la circulación de dinero negro.

Como veis, mi relación con Gibraltar y los gibraltareños es contradictoria, como la de mucha gente de la zona (aunque no todos, que los hay muy detractores).

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Ah, y aparte, ya está bien de limpiezas ilegales de bodegas de petroleros para mandar luego toda la mierda a las playas de al lado… y los submarinos nucleares, que es otra,

ya les vale… por ahí sí que no paso.